Drama del alcohol los preparó para ser líderes de comunidad

Gladys y Robert (nombres ficticios) muestran seguridad y una sonrisa en su rostro al dar la bienvenida a la comunidad de Alcohólicos Anónimos del Comité Área II de La Paz. Ambos muestran ahora un aspecto físico saludable, luego de vivir la peor pesadilla de sus vidas.

Los dos líderes aseguran que el alcoholismo es una “enfermedad mental” que destruye familias y entornos sociales de forma radical. Añaden que ahora la institución ayuda a personas inmersas en este mal a rehabilitarse.

LLEGADA DEL MENSAJE

La comunidad de Alcohólicos Anónimos hoy celebrará el 35 aniversario de la llegada del mensaje de paz al departamento de La Paz. “Celebramos el mensaje, porque ha salvado a numerosos ciudadanos inmersos en esta enfermedad, entre ellos nosotros”, expresaron Gladys y Robert.

ACTIVIDADES DE AA POR ANIVERSARIO

Para tal efecto, durante la semana, en la comunidad se han venido realizando una serie de actividades que pretende dar testimonio que el programa mundial de Alcohólicos Anónimos, fundado un 10 de junio de 1935 por los estadounidenses Bill W. y el doctor Bob, ha beneficiado con sus principios a cientos de personas que padecen de este mal en diferentes zonas del departamento de La Paz.

Al celebrar los 35 años de servicios a la comunidad, Alcohólicos Anónimos es reconocido por diversos sectores como un programa sumamente efectivo para rehabilitar al enfermo de alcoholismo de sus perniciosos efectos, permitiendo que se reintegre a la sociedad y familia con una personalidad positiva y digna.

REHABILITACIÓN

Para conmemorar los 35 años de labor, la comunidad en el departamento de La Paz, actualmente se dedica a colaborar en la rehabilitación de, aproximadamente, 500 personas, que se distribuyen en 12 grupos en la ciudad de La Paz y dos en El Alto. “Entre seis a doce personas miembros de grupos de rehabilitación practican un programa de recuperación y el 10 % de los miembros logra quedarse de forma permanente”.

DRAMA DEL ALCOHOLISMO

En el mundo existen millones de personas que sufren este problema, sin embargo, pese a ser víctimas de esa enfermedad, en Alcohólicos Anónimos pueden romper las barreras que necesitan para vivir con dignidad y convertirse en seres útiles a la sociedad.

Alcohólicos Anónimos no está afiliada a ninguna otra organización, es independiente y autosostenida, rechaza toda contribución ajena. Ofrecen únicamente el apoyo voluntario de un alcohólico que ayuda a otro y así progresivamente en base a sus testimonios logran su rehabilitación.

Actualmente, llegan a la comunidad jóvenes y adultos, que al verse solos y perdidos por el consumo de alcohol deciden buscar ayuda. “Con sorpresa vemos a muchos jóvenes que quieren rehabilitarse, ahora el consumo de alcohol es más frecuente entre los adolescentes y eso es preocupante”. afirmó Gladys.

TESTIMONIOS

Robert está por concluir el programa y hoy en día en un grupo de ayuda comparte su experiencia de cómo logró recuperarse, en una etapa de vida donde todo aparentemente estaba perdido. “Uno puede vivir sin la necesidad de beber”, afirmó.

Relató que, desde sus 15 años, se inició en el consumo del alcohol, desde entonces, dijo que su entorno social fue relacionado al consumo de bebidas alcohólicas. Acotó que el mal se fue ahondando de forma progresiva, la que se mantuvo por más de 20 años. Dijo que llegó a la comunidad hace cinco años.

“Tenía muchos problemas con mi familia, trabajo, entorno y en mi situación de alcohólico me he visto solo y ese dolor de soledad me ha permitido buscar ayuda; hoy ayudo a otras personas en situación de alcohol”, contó.

Reveló que al principio fue muy duro involucrarse y pensar que podía rehabilitarse, sin embargo, cuando lo logró nuevamente se abrieron las puertas para una mejor calidad de vida y desde entonces, cada día lucha por ayudar a otras personas que se encuentran en la misma situación que él. “Con la comunidad me he dado cuenta que no había estado solo”, aseguró.

POR MIS HIJOS

Un testimonio revelador fue el drama que vivió Gladys. Dijo que su vida ligada al alcohol comenzó desde su juventud cuando asistía a los eventos sociales de forma frecuente. Consumió bebidas durante 20 años de forma progresiva y ocasional. El proceso fue acelerándose poco a poco y comenzaron los problemas con el esposo y el resto de la familia.

“Era muy duro, llegó un momento en el que sentía vergüenza por mis hijos y por el remordimiento de culpa que tenía cuando estaba con resaca. He sufrido un dolor muy fuerte y desde que decidí buscar ayuda me siento parte del progreso hace once años; hoy soy una persona abierta y social ayudo a lo demás”, contó.