Resulta incomprensible que en el sector de educación no haya la capacidad suficiente para realizar el mantenimiento necesario en los inmuebles donde funcionan las escuelas y colegios fiscales. Cuando se trata de una tarea tan imprescindible en la propiedad pública, los deterioros que se vayan produciendo en estos establecimientos deberían ser reparados oportunamente, antes que adquieran proporciones mayores.
Esta es la forma de administrar los bienes que son susceptibles de confrontar situaciones de tal naturaleza, con lo cual se puede reducir también los gastos de mantenimiento. Pese a que esta forma de operar es la más adecuada, en el servicio de educación se optó porque los trabajos de reparación y mantenimiento deben ser atendidos solo en los períodos de vacaciones finales.
Sin embargo, ni para esto se efectúan los preparativos necesarios. Es decir, antes que comiencen las suspensiones de clases, de manera tal que los trabajos se inicien desde el primer día de inactividad en las aulas. Esto tendría que ser lo elemental, de forma que en el transcurso de dos mes o algo más se realicen aquellos trabajos hasta completarlos plenamente.
De procederse con esa prontitud y eficiencia, no se tendría que lamentar las complicaciones que se producen cuando empiezan los nuevos períodos de clases. Al no suceder esto, la responsabilidad total tiene que recaer en los municipios, que al presente tienen a su cargo el mantenimiento óptimo de todas las unidades educativas.
La municipalidad de La Paz está a cargo del mantenimiento de 220 infraestructuras educativas y hasta enero de 2016, los trabajos ya debieron ser concluidos.
Sin embargo, al haberse iniciado ayer el nuevo año lectivo, ocurre que en algunos establecimientos educativos locales los trabajos de mantenimiento y/o reparación no han concluido, por lo que las clases no pueden iniciarse. Esto está sucediendo concretamente en la escuela México, aunque el problema que confronta es mayor y por esta razón el año pasado tuvo que ocupar ambientes prestados de una institución que ahora no se halla en esta posibilidad.
Por otra parte, la Alcaldía paceña también identificó problemas y deterioros, esta vez en seis infraestructuras educativas de 28 entregadas en el municipio por la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE) del Gobierno Central.
Ello implica que se tuvo todo un año para rehabilitar el inmueble de esta unidad educativa, pese a lo cual los trabajos no han sido concluidos hasta ayer, por lo menos. Se indicó que aun así podía ya pasarse clases, pero ocurre que las aulas ni siquiera tienen puertas, limitación que es toda una penalidad.
Muchas unidades educativas en la urbe alteña carecen de la infraestructura necesaria para la atención a los menores. En algunos casos, los establecimientos educativos ni siquiera cuentan con muros perimetrales o la cantidad de aulas para todos los grados.
Asimismo, el mobiliario disponible no es suficiente para la cantidad de alumnado que tienen, pues no reúnen las condiciones óptimas para ser consideradas como aulas escolares.
Por si fuera poco, muchos de estos colegios emplean aún pizarras con tizas, lo que constituye una limitante para optimizar las enseñanzas que imparten los educadores a sus alumnos.
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