Caso “terrorismo” debería prescribir por irregular

Es un hecho que el caso “terrorismo” que lleva muchos años sin mayores conclusiones, con suposiciones de toda laya, con informaciones contradictorias de las autoridades, con “hechos atribuidos a quienes solo eran alojados en el Hotel Las Américas” y que recibieron la visita policial estando en paños menores y, se dice, “con armas en las manos”, no tiene visos de concluir. Las contradicciones que hasta ahora se han presentado son increíbles y muestran, más bien, razones y motivos para “olvidar tan truculento problema cuya verdad parece que nadie quiere saber y menos conocer”, aunque todas las apariencias muestran una especie de “show”, tan solo para incriminar a mucha gente en supuestos hechos o amenazas terroristas.

El caso “Hotel de las Américas” o, también, “caso del siglo”, está pleno de contradicciones, suposiciones, inventos y muestran hechos no claros y nada convincentes para ningún tribunal y menos para la colectividad nacional que ya se hizo un panorama completo de lo sucedido y por el cual nadie resulta culpable y todos son “supuestamente comprometidos en hechos contrarios a las leyes”.

Mucho se ha dicho sobre los supuestos guerrilleros y su participación, “en complicidad con autoridades departamentales de Santa Cruz” en planes o contubernios para complotar contra el gobierno y desencadenar terrorismo en Bolivia y comprometer a mucha gente; pero, que se sepa, “las pruebas aportadas” están rodeadas de nebulosas y hasta personajes -como un fiscal acusador que resultó contrario a todo lo que se dijo- habría “aportado criterios y pruebas” que en la hora de la verdad resultaron suposiciones interesadas tan sólo para justificar lo ocurrido en el hotel Las Américas.

Este es un caso que compromete la seriedad del Poder Judicial, ya que, empezando por fiscales y terminando en jueces, parece que nada se hizo por ver “luz detrás del largo túnel” y, entretanto, seguirían comprometidos, buscados, presos y hasta exiliados, quienes, se supone oficialmente, fueron parte del complot. Para el Gobierno, para la comunidad nacional, para el Poder Judicial, para los familiares de las víctimas, lo que corresponde es tender un manto de cierre al caso por falta de pruebas, por ausencia de resultados concretos de las investigaciones realizadas y, mucho más, por carencia de criterios, opiniones y conclusiones de quienes han intervenido en el caso en calidad de “investigadores” que, parece, nada investigaron. Por supuesto, es la Policía y quienes han intervenido en los hechos, los que deberían aportar la mayor cantidad de pruebas, documentos y detalles concretos de los hechos; pero todos ellos se cierran en oscuridades que nadie entiende las razones.

Seguir indefinidamente con este caso, que no tiene visos de concluir porque no conviene a quienes interesa, es absurdo y fuera de toda lógica y sentido de moral y responsabilidad.