Millones de brasileños inundaron las calles el fin de semana para celebrar el carnaval, uno de los eventos más esperados del año en el país, pese a que se declaró una alerta sanitaria provocada por el virus del zika.
Las procesiones callejeras, fiestas y desfiles trasmitidos por televisión, que son el plato fuerte del festival, pese a que funcionarios de salud enfrentan un brote que habría infectado hasta 1.5 millones de personas y podría estar vinculado a malformaciones en más de 4 mil bebés y fetos.
En la foto, la reina de la batería de la escuela de samba Vila Isabel, Sabrina Sato.