Comenzó la Cuaresma

Ayer comenzó el tiempo litúrgico de la Cuaresma, que prescribe para los cristianos cuarenta días de recogimiento espiritual como preparación para la Semana Santa.

Como los días feriados del Carnaval ya concluyeron, ayer a hora temprana llegó a mi despacho mi fiel discípula periodística con su carita de pecadora arrepentida, vistiendo polleras, blusa y mantas moradas, que es el color litúrgico que, según ella, estará de moda en esta temporada, anunciándome que ayer era Miércoles de Ceniza y deberíamos asistir a la misa.

Me sorprendió un poco su presteza para asistir a dicho acto religioso, respondiéndome la cholita valluna: “es que mucho hemos pecado durante los carnavales y por eso es urgente que nos confesemos y nos arrepintamos…”.

Estuve a punto de pedirle que no me asociara a sus pecados carnavalescos, pero callé al recordar esa sentencia moral que dice: “el que esté libre de pecados que tire la primera piedra”.

Dije a la cholita que es mi pariente espiritual que yo no tenía una camisa morada para hacer juego con su vestimenta, pero mi comadre muy presta me respondió que no me preocupara de ese detalle porque podría vestir la camisa morada de don Nemesio, su difunto esposo, que en paz descanse, chantándome la camisa del occiso.

Así, bien empingorotados y luciendo el color morado nos dirigimos al templo de la Exaltación, en la zona de Obrajes.

Cuando el sacerdote imponía la ceniza en la frente de los fieles, Macacha le dijo: “a nosotros pónganos el doble porque somos muy pecadores”, el oficiante le hizo caso y nos tiznó toda la cara.

Así salimos muy orondos del templo con nuestros rostros tiznados, como si estuviéramos confesando públicamente ante nuestros hermanos que somos muy pecadores.

Cuando volvimos a mi casa, Macacha y yo comentamos nuestra confesión de ser pecadores porque en estos momentos ciudadanos de todo nivel político y social y de todos los colores políticos no hacen otra cosa que negar ante el pueblo que hubieran pecado alguna vez y sostienen que sus almas son blancas como la nieve; también predican mediante los periódicos, las radios y los canales de TV, niegan haber cometido pecado alguno, sosteniendo que son puros e inmaculados, afirmando no haber seducido a alguna jovencita, sosteniendo además que nunca realizaron negocios turbios.

Ante tanta perorata proclamando su blanca e inmaculada limpieza, la cholita cochabambina nacida en Quillacollo y este viejo periodista proclamamos públicamente que somos pecadores y que nos tiznaron todo el rostro con ceniza para que nuestros lectores sepan que somos pecadores.