El papa Francisco ofició ayer una misa en Ecatepec, uno de los municipios más poblados pobres de México. En la oportunidad, el Sumo Pontífice pidió hacer frente a la violencia.
También aseguró: “Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, de ser explotado para trabajar, de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos”. Por si no hubiese quedado claro en sus discursos del sábado ante el poder político y eclesial, el Papa redobló su denuncia contra la corrupción y “los traficantes de la muerte”.