Libro III, Cuento IV
En cierta región e un bosque vivía un león llamado Kharanakhara que, corriendo un día hambriento por todas partes, no pudo cazar ninguna bestia. A eso de la puesta del sol, llegó a una gran cueva, entró en ella y pensó: “Seguramente que algún animal vendrá a pasar la noche en esta cueva; de modo que me voy a quedar aquí escondido”. Estando allí en tal situación, llegó el dueño de la cueva, que era un chacal llamado Adhipuchchha, el cual miró y vio las huellas del pie de un león que había entrado y no salido de la cueva. Entonces pensó: “¡Ah!, perdido estoy; seguramente que aquí dentro hay un león. ¿Qué hago? ¿Cómo he de huir?” Pensando así y sin moverse de la puerta empezó a gritar:
–¡Eh, caverna, re! –Dicho esto, añadió de nuevo–: Ce, ¿ignoras que tienes un pacto conmigo, según el cual yo te he de hablar al venir de afuera y tú me has de responder? Si no me respondes, pues, me voy a otra gruta.
El león al oír esto pensó: “Sin duda que caverna invita a éste siempre que viene y hoy se calla por temor a mí. Pues se ha dicho esto: Cuando el miedo oprime el corazón, quedan sin poder obrar las manos, los pies, la lengua y demás; el temblor es el único que domina. Voy, pues, a llamarle yo para que entre y me sirva de comida”
Habiéndolo pensado así, le llamó. El rugido del león llenó todo el ámbito de la caverna, retumbando en ella cien veces; de tal modo, que pus en fuga hasta a las bestias que estaban lejos. El chacal también huyó en seguido a todo correr y recitó esta zloka (1):
–Quien procede con cautela vive feliz, y no vive el que obra sin discernimiento. Yo me he hecho viejo viviendo en el bosque, y nunca he oído que una cueva hable.
(1) Sentencia.
Antología de fábulas de A. Calderón.
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 7.65 Bs. |
1 UFV: | 2.10688 Bs. |
Impunidad |