El Parlamento de Venezuela, bajo control de la oposición, aprobó ayer en primer debate una amnistía para políticos presos, una polémica ley que el chavismo rechaza, abriendo otro foco de tensión en el conflicto de poderes que afecta al país.
Entre aplausos y gritos de “¡Libertad!” de familiares de los presos, el presidente legislativo Henry Ramos proclamó la aprobación por mayoría de la ley, tras un encendido discurso contra el Gobierno, que cerró más de cuatro horas de discusiones.
Por el lado del oficialismo, el diputado Elías Jaua calificó al proyecto de ley como de “amnesia criminal”.
La amnistía busca beneficiar a unos 75 disidentes presos.