La Legión de la Buena Voluntad

Bajo la premisa “Tratado del espiritualmente revolucionario nuevo mandamiento de Jesús”, los miembros de la Legión de la Buena Voluntad, LBV, en el país, sobre todo en La Paz, en los tiempos que corren, cumplen una ponderable labor a favor de la niñez y en suma de las familias desamparadas y vulnerables que requieren de apoyo para llevar una vida digna.

Se da cuenta que su inspirador y guía, José de Paiva Nietto, en su calidad de Director-Presidente Predicador de esta entidad, a nivel internacional, es quien traza las pautas para un desenvolvimiento óptimo y lleno de esperanza para cientos de miles de hogares que han depositado su confianza en la misma, cuyo sinónimo es el éxito, según se afirma.

Son prácticamente 65 años los que han dedicado, y lo siguen haciendo, para así “dejar que las enseñanzas de Jesús entren en el corazón, revestirse de la Armadura de Dios, combatir las aflicciones humanas y vencer con el Divino Maestro, en el Rumbo Evangélico Apocalíptico sugerido por el noble Dr. Bezerra de Menezes a los seres de la tierra y del Cielo de la Tierra”, se destaca en la revista que se publicó hace muchos meses y circuló en distintos países, llevando un mensaje de confianza a todos los seguidores del ecumenismo total.

Es bueno destacar que, justamente, sobre la base de “buena voluntad”, hasta hoy, en esta ciudad, vienen encarando una silenciosa labor que ha permitido dar comida, ropa, educación, cursos, capacitación, y mucho más, a millares de niños, y sus familias, de escasos y bajos recursos económicos.

Digamos que si se trata de imitar lo bueno, se hace necesario que unos y otros muestren precisamente esta faceta positiva: buena voluntad, algo realmente necesario en estos tiempos tan convulsionados, aunque se puede señalar que por el contrario, generalmente está ausente. Y bien puede ser considerado como una virtud, pero, de manera deplorable, la buena voluntad no es antepuesta en todos los órdenes de la vida. De ahí que se debe rescatar esa actitud plausible de quienes sí ejecutan una labor destacable que permite llevar no sólo esperanza a los que padecen necesidades, sino apoyo material, bajo la conducción de sus encargados en Bolivia, Roselí García y Moisés Franchi.

Realmente se trata de “Hogares de Buena Voluntad”, no sólo en Brasil, sino en muchos países, en los que la niñez desamparada y carente de medios recibe el apoyo que requiere. En el caso de nuestra capital, todo ese trabajo, reiteramos, silencioso, se irradia desde su sede principal, ubicada en el barrio de Alto Obrajes. Sobre la base únicamente de “buena voluntad”, de verdad que se puede hacer mucho a favor de los prójimos, recordando siempre: ¡Ámense como Yo los he amado!