Las drogas ilícitas promueven la violencia, impiden el desarrollo sostenible, ponen en peligro a las comunidades y socavan la salud de las personas, advirtió recientemente el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, convocando a la comunidad mundial a sopesar todas las opciones disponibles para hacerles frente.
“Este desafío global está interconectado con la corrupción, el terrorismo y los flujos ilícitos de dinero”, dijo el Sr. Ban a los funcionarios y delegados de las Naciones Unidas en una reunión previa a la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) sobre el problema mundial de las drogas que se realizará en abril.
“Aquellos que trafican drogas ilegales también pueden estar involucrados en tráfico de personas, secuestro, contrabando de armas de fuego, asesinato y otros numerosos delitos. Pero el problema mundial de las drogas es también un problema de salud, vinculado a las sobredosis, los estragos de la adicción y la propagación del VIH y la hepatitis”, agregó.
El Secretario General de las Naciones Unidas insistió en que la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que fueron aprobados el año pasado por los Estados Miembros de la ONU para acabar con la pobreza y luchar contra la desigualdad en los próximos 15 años, requerirá “la alianza colectiva y un compromiso sólido”.
“UNGASS 2016 ofrece una oportunidad para que la comunidad internacional ingrese en una informada y amplia discusión sobre la política de drogas en todos sus aspectos”, explicó el Sr. Ban. “Puede ayudar en el desarrollo de objetivos, basados en los derechos humanos y la preocupación por la salud y el bienestar de las personas, que apoyarán la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Subrayó que la Sesión Especial también puede reafirmar el principio fundamental de que ningún país puede hacer frente a estos problemas por sí solo. “La responsabilidad compartida puede garantizar la entrega de políticas equilibradas e integrales con un enfoque renovado en los derechos humanos y la salud pública, incluida la prevención, tratamiento y atención”, agregó.
Pero Ban Ki-moon dijo que el mundo también puede ir más lejos, mirando diferentes opciones como alternativas al encarcelamiento o penas adecuadas para delitos menores, un mayor acceso a los medicamentos controlados para el alivio del dolor y el sufrimiento, y la promoción de medios de vida alternativos para los agricultores vulnerables y sus familias.
“En todo nuestro trabajo, que se basa en las convenciones internacionales sobre drogas, los derechos humanos de las personas, especialmente las vulnerables y sus comunidades, deben ser prioritarios”, concluyó el Sr. Ban, señalando que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés) está en una posición única para ayudar a este proceso a través de su trabajo tanto en el lado de oferta y como en el de la demanda de este problema.
La Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas está programada del 19 al 21 de abril en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. La Asamblea previamente convocó a una Sesión Especial sobre el tema en 1998.
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