• La bióloga María Esther Pérez refirió a EL DIARIO que pueden generar productos farmacéuticos, como analgésicos y medicamentos antivirales
Las consecuencias de la contaminación del medioambiente que afectan a nuestros recursos naturales son de preocupación de la comunidad científica de Bolivia, más aún cuando las áreas urbanas siguen creciendo, a costa del hábitat de muchas especies en peligro de extinción.
Un claro ejemplo es lo que ocurre con la cuenca de Cohani, en el lago Titicaca, a cuya consecuencia se ha puesto en peligro toda la vida lacustre y en especial la sobrevivencia de la rana Gigante, que ha empezado a mermar en su número.
Esa preocupación fue expresada, en una entrevista con EL DIARIO, por la bióloga y docente de la Carrera de Biología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), María Esther Pérez B., quien expuso su punto de vista sobre la importancia que tiene proteger las especies, no solo de la rana Gigante sino de otras especies de anfibios que se encuentran en peligro.
Este el diálogo sostenido con la licenciada Pérez:
-¿POR QUÉ DEBEMOS CONSERVAR A LOS ANFIBIOS?
-Dentro de los vertebrados, los anfibios son el grupo más amenazado del planeta como se puede ver en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La problemática de la conservación de los anfibios puede resumirse en el concepto de declinación, disminución o desaparición de muchas de las poblaciones de varias especies. Algunos naturalistas consideran que estas declinaciones son resultado de una degradación ambiental global, tan severa que los anfibios son considerados como indicadores del declive de la calidad de vida en nuestro planeta.
La ignorancia generalizada y sobre todo ese sentimiento de temor y repulsión hacia las ranas y sapos, hace que algunas de nuestras culturas no se preocupen por su existencia y desconozcan sobre los beneficios que nos brindan.
- ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LOS ANFIBIOS?
- Cumplen un rol ecológico vital respecto al transporte de energía desde el medio acuático al terrestre. Algunas especies son comestibles, beneficio directo para los humanos. También esta su rol de importancia en la investigación médica, puesto que su piel con sus secreciones ofrecen potencial para la elaboración de productos farmacéuticos, tales como analgésicos y medicamentos antivirales. La piel de los anfibios tiene sustancias que constituyen su primera línea de defensa contra bacterias, virus y hongos, estas son potentes propiedades curativas con incalculables beneficios de las ranas y sapos a los seres humanos. Esta posibilidad está siendo estudiada en otros países y podría dar lugar a potenciales usos en la industria farmacéutica.
Los anfibios son susceptibles a los efectos de la contaminación química porque su historia de vida se desarrolla como larva acuática y adulto terrestre. Tienen una piel altamente permeable y vascularizada; por tanto, muestran ser particularmente propensos a acumular contaminantes. Razón por la cual son empleados como modelos para estudios ecotoxicológicos.
A nivel trófico en estado adulto, consumen invertebrados y vertebrados de pequeño tamaño como roedores, aves y lagartijas. Pero su principal rol, como aporte al ecosistema es regular las poblaciones de insectos. De esta forma contribuyen a la regulación del ambiente, mediante la reducción de mosquitos de humedales efímeros, y potencialmente ayudan en el control de otras especies consideradas plagas. Por sus características biológicas pueden consumir una enorme cantidad de insectos nocivos para la agricultura o aquellos portadores de enfermedades, como dengue, malaria, dengue, chikunguña y zika.
-¿OTROS EJEMPLOS DEL BENEFICIO PARA LOS HUMANOS?
-R.- Muchos anfibios tienen una carne que posee excelentes cualidades nutritivas y sabor muy apreciado. Además, su piel puede tener varias aplicaciones en la industria del cuero y, aunque con mercado todavía restringido, tiene un gran potencial. Un ejemplo de una especie altamente comercializada en el mundo es rana toro (Lithobates catesbeianus), es propia de los Estados Unidos y criada en diversos países como Brasil y Paraguay, entre otros. Para sacar beneficios se ha acelerado su crecimiento en comparación a las poblaciones naturales, logrando que en un ranario alcance la madurez sexual en cuatro a seis meses de edad, pudiendo desovar 2000 a 20.000 huevos por hembra, dependiendo de la edad. En el mejor de los casos, en 90 días las ranas alcanzan el peso óptimo para ser sacrificadas y puestas al mercado.
En nuestro país, la especie más comercializada, desde hace muchas décadas, es la rana del lago Titicaca (Telmatobius culeus), especie críticamente amenazada (según la UICN). Esta especie alcanza la madurez sexual en un tiempo estimado de dos años y llega a poner menos de 1.000 huevos en medio natural. Tiene una tasa metabólica baja, por tanto para lograr un peso comercial deben pasar años. Sin embargo, sus ancas son vendidas en restaurantes cercanos a las orillas del lago, en las localidades como Tiquina y Huatajata, visitadas por turistas, tanto nacionales como extranjeros. Muchos turistas de afuera la consumen engañados, pensado que provienen de criaderos. En Bolivia no existen criaderos de ranas del lago con fines comerciales. Considerando además sus características biológicas, no sería rentable. Esta especie también se consume en forma de “licuado de rana”, al que le atribuyen, sin prueba científica, propiedades afrodisiacas.
-¿QUÉ SE CONOCE SOBRE EL ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA RANA DEL LAGO?
R.- Aparte de investigadores biólogos del país y de otros países, muy poca gente ha tomado conciencia de que la rana del lago actualmente enfrenta serios problemas, debido sobre todo a la alteración en su ambiente por la contaminación en el lago Titicaca, sobre todo en el lago Menor. En este sector se ha registrado elevada eutrofización por las aguas residuales y el incremento de la actividad agrícola en las orillas y también contaminación por la actividad minera. En los últimos años, la contaminación con metales pesados, originados en las industrias de la ciudad de El Alto, llegan hasta la bahía de Cohana, en el lago Menor, donde se han registrado concentraciones alarmantes de cadmio, arsénico y plomo.
La rana del lago, aparte de la contaminación, está siendo afectada por el hongo quitridio, que en otras especies del género ha causado varias extinciones. Se desconoce el efecto de este hongo en sus poblaciones, pero parece que aparte de su extracción para el expendio de sus ancas, la contaminación es el factor ambiental que más daño le está causando. Pudiendo encontrarse en el lago ranas llenas de parásitos y en más de un caso con malformaciones. No hay estudios del daño genético que pueden estar enfrentando, así que si no se toman medidas como descontaminar el lago, evitando en primera instancia que siga entrando contaminantes orgánicos e inorgánicos, tendremos una especie más en la lista de especies extintas.
-¿EXISTE ALGÚN OTRO USO DE LA RANA DEL LAGO?
R.- Se tiene conocimiento de que los pescadores indígenas del sector boliviano rara vez se alimentan de estas ranas y solo las utilizan, según ellos, para tratar algunas enfermedades (por ejemplo la sopa de rana; muchos creen que puede curar el mal de Parkinson, las usas como antiinflamatorio en forma de emplasto).
En 2006, en este medio publicaron una nota sobre el supuesto de que la especie contiene un “alcaloíde psicotrópico”, que pudo ser usado de forma colectiva, durante la época prehispánica, no he leído reportes científicos al respecto, pero no me extrañaría. Considerando las propiedades de la piel que tienen los anfibios.
-¿OTROS EJEMPLOS DE LA IMPORTANCIA DE LOS ANFIBIOS?
R.- Otro ejemplo del uso que se dan de los anfibios en nuestro medio es cultural, en la Feria de Alasita, de forma común, se vende disecado el sapo espinoso (Rhinella spinulosa), según las creencias atrae la buena suerte. Este anfibio está ampliamente distribuido en los Andes, principalmente en el altiplano y según la Lista Roja de Especies Amenazadas del Mundo, se encuentra en la categoría de Preocupación Menor, ya que donde está presente es abundante. Sin embargo, se han registrado extinciones locales en muchas zonas donde antes era frecuente.
Estas extinciones localizadas es un ejemplo de lo que pasa actualmente en el Valle de La Paz, donde hace décadas podía encontrarse fácilmente en jardines, alcantarillas, canales, parques, charcos temporales, arroyos, entre otros. Pero debido al crecimiento urbano las manchas naturales que les proveía de ambientes adecuados para reproducirse ya no existen.
Para la Feria de Alasita, las extraen ahora de sitios cada vez más alejados o simplemente las reemplazan con otras especies como el sapo de la caña (Rhinella marina) que se encuentra en tierras bajas tropicales, que son mucho más grandes y, por consiguiente, alcanzan un mejor precio disecadas. También se pueden ver ranas del lago disecadas, antes no era común.
En Bolivia no existen criaderos con fines comerciales, por lo tanto la comercialización de cualquier tipo de los anfibios es ilegal.
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