Ana Pais BBC Mundo
La humanidad en los tiempos remotos para medir el tiempo solo se guiaba de los astros y en particular del Sol, porque ilumina el planeta desde el alba y concluye de hacerlo al atardecer, lo que cambia el día con la noche.
Fue en los dos últimos dos siglos que se ocupó mayormente de tomar acuerdos para imponer los husos horarios en los países, poniendo al meridiano de Greenwich, en Inglaterra, para medir el tiempo. Con ello se implantó el hábito de instituir ciertos regímenes en las zonas geográficas de la Tierra e inclusive entre los países.
Ello, debido a que el Sol seguía siendo el amo marcador del tiempo, en consecuencia era necesario tener alguna forma de organizar el tiempo horario por zonas y países. Incluso, en algunos de estos, no siempre se tiene la misma hora, ya sea por su ubicación geográfica como por su extensión. Tal el caso de China, por ejemplo.
Pero, en el continente existe un caso de excepción. Es el de Estados Unidos, que tiene una diferencia horario de cuatro horas entre sus costas del Atlántico y el Pacífico.
A raíz de estas diferencias, a dos académicos se les ha ocurrido proponer que en el mundo se tenga un solo horario. Se trata del economista Steve Hanke y del profesor de física y astronomía Dick Henry, ambos del Instituto Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos.
La idea que plantean es crear un horario universal o sea que todos los seres humanos y los países tengan la misma hora. A propósito, consideran que el sistema vigente de zonas horarias quedó anticuado con la presencia de la red de internet.
En su propuesta anotan: “Estamos en una situación de compresión de espacio y tiempo”, lo cual está determinando que “la gente se está acercando y puede comunicarse mejor que en el pasado”.
Como era de esperar, dada la magnitud de la iniciativa, pronto ha generado reacciones desde distintos criterios. Al recoger en esta página un material elaborado sobre el tema por BBC Mundo, quizás induzca a que en Bolivia surjan también comentarios, análisis y otras reacciones de interés, sobre una cuestión que atañe a toda la humanidad. Esperemos que tal eventualidad se produzca, entretanto, ofrecemos el insumo correspondiente.
¿QUÉ PASARÍA SI EL MUNDO ENTERO TUVIERA LA MISMA HORA?
Los husos horarios controlan nuestra existencia y en algunos países son una cuestión de interés nacional.
Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, decidió atrasar 30 minutos la hora de su país en 2015 coincidiendo con el 70° aniversario de la expulsión de las tropas de Japón de la península coreana.
Mientras Venezuela atrasó su horario 30 minutos en 2007 para tratar de aumentar la productividad. En cambio China pasó de cinco zonas horarias a una en 1949 por una cuestión de unidad nacional.
Por eso, resulta arriesgado proponer un cambio a nivel mundial del dominante sistema conocido como Tiempo Medio de Greenwich (GMT, en inglés), que luego fue rebautizado como Tiempo Universal Coordinado (UTC, en inglés) y que rige los husos horarios en todo el mundo.
Eso es exactamente lo que han hecho el economista Steve Hanke y el profesor de física y astronomía Dick Henry, ambos del Instituto Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos.
CON UNA MISMA HORA
La propuesta de estos expertos consiste en crear un horario universal, es decir, que los habitantes de Nueva York, París o Hong Kong tengan la misma hora en sus relojes.
Según Hanke y Henry, el viejo sistema de zonas horarias se ha vuelto obsoleto a causa de internet: “Estamos en una situación de compresión de espacio y tiempo. La gente se está acercando y puede comunicarse mejor que en el pasado”. Por eso, dicen, es importante unificar el tiempo.
En este momento, el mundo está dividido en 24 husos horarios, es decir, la misma cantidad de horas que tiene el día.
Por lo tanto, si uno se traslada hacia el oeste un huso horario debe retrasar su reloj en 60 minutos y, si va al este, lo tiene que adelantar. El centro de este sistema está en el Observatorio Real de Greenwich, en Londres, Inglaterra. Allí está el punto de referencia cero del sistema UTC.
“Hoy la mayoría de las actividades se desarrollan cuando el sol sale y la mayoría de la gente se acuesta cuando es de noche”, le dice Steve Hanke a BBC Mundo.
Con el nuevo sistema horario, “el ritmo de la vida obviamente también estaría marcado por el tiempo solar. Sólo cambiarían las horas que leerías en tu muñeca”, agrega el economista.
¿Por qué el meridiano de Greenwich no está donde todos creemos?
Y explica: “Digamos que el horario de oficinas en Londres empieza a las 09.00 y termina a las 17.00. En Nueva York, entonces, empezaría a las 14.00 y terminaría a las 22.00, por la diferencia de 5 horas con Londres”.
“Todos estarían leyendo la misma hora siempre: serían las 14 horas tanto en Londres como en Nueva York. La única diferencia es que en Nueva York recién se estarían abriendo los negocios, mientras que en Londres sería de tarde ya”.
“NO HABRÍA CONFUSIONES”
Esta combinación de un horario universal y distintos horarios laborales locales conllevaría varias ventajas, según los expertos.
“No habría confusiones sobre el tiempo porque todos estarían viendo el mismo horario en sus relojes. Como resultado, existiría mayor seguridad y eficacia porque no se perderían vuelos ni reuniones de trabajo y sería más fácil organizar los tiempos de cada uno”, dice Hanke.
Una llamada laboral entre oficinas localizadas en Pekín y Ciudad de México sería a las 09.00 para todos, aunque los primeros estarían trabajando de día y los segundos, de noche.
El inconveniente es que si uno en Pekín decide de repente llamar a Ciudad de México sin saber el horario laboral (o solar) de dicha ciudad, entonces podría despertar a los colegas del otro extremo del mundo.
Para los expertos, este cambio en la forma de concebir las horas no alteraría la vida cotidiana, salvo por el proceso de aprendizaje para la gente y por el costo inicial para las industrias, y el sistema financiero de hacer el cambio de paradigma.
RESPALDO DE LA RED
“Antes la vida ocurría alrededor de lo local”, dice Louise Devoy, curadora del Observatorio Real de Greenwich, cada zona, en general bajo la influencia de alguna gran ciudad, definía su horario según los movimientos del sol.
Por ejemplo, hacia 1870 Estados Unidos tenía 75 zonas horarias diferentes, cuenta Hanke. De hecho, solo la ciudad de Saint Luis tenía seis.
Pero en esa misma época la expansión de las redes ferroviarias y la invención del telégrafo acercaron al mundo. Entonces, se volvió necesario poner un orden al caos de los relojes.
En octubre de 1884, en Washington DC, se llevó a cabo la Conferencia Internacional del Meridiano, donde se decidió adoptar el hoy llamado sistema UTC para poder coordinar el tiempo a lo largo del mundo.
Acatar o no estas líneas imaginarias siempre fue voluntario, aclara Devoy. Por eso hasta el día de hoy los países se mueven con absoluta libertad dentro del estándar.
Un ejemplo de ello es Nepal, las Islas Chatham (Nueva Zelanda) y la localidad de Eucla (Australia), tienen husos horarios desplazados en 45 minutos con respecto al UTC.
Por ahora, el impacto de la propuesta de los expertos del Johns Hopkins se ha limitado a los ámbitos científicos y comerciales. Ningún político les ha consultado aún sobre los detalles de ese nuevo sistema que ellos proponen implementar a partir del 1° de enero de 2018.
De todos modos, confían en que internet mismo servirá para viralizar la idea y que la propia ciudadanía impulse el cambio en los gobiernos. Pero ya han aparecido detractores de la propuesta.
El periodista del diario Los Angeles Times, el premio Pulitzer Michael Hiltzik cree que la llegada de internet no ha eliminado las diferencias horarias.
“Impulsando las transacciones globales, internet solo ha incrementado la habilidad de las compañías financiera de forzar a sus empleados a sincronizarse con los ritmos laborales de lugares que están al otro lado del planeta”, señalaba Hiltzik en un reciente artículo.
“Eso muestra una falla importante en la propuesta de Henry y Hanke de eliminar los husos horarios: no cambiará nada”, apuntó Hiltzik, asegurando que la gente sigue viviendo en función de ciclo solar y no presta atención a la hora en otras partes del mundo.
DATOS
- El huso horario o también llamado franja horaria es cada una de las 24 partes en que se divide la Tierra por medio de meridianos, comenzando en el meridiano de Greenwich, y que sirve para determinar la hora en los días.
- Debido a que la Tierra completa un giro de rotación de oeste a este en 24 horas, todos sus puntos, en este lapso de tiempo, pasan uno detrás de otro frente al Sol. El mediodía está marcado por el paso del Sol por el meridiano de un determinado punto. Así, en el preciso instante en que es mediodía en un lugar, el Sol habrá pasado ya por todos los puntos situados en Oriente, y deberá pasar todavía por todos los situados en Occidente.
- Cada huso horario representa una hora del día, y entre un huso y el siguiente existe la diferencia de una hora. Por lo tanto, solo los puntos que pertenezcan a un meridiano tendrán la misma hora, cada huso horario al este de tu posición tiene una hora más tarde, y al oeste sería una hora más temprano.
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