También desciende la producción de papa

Este año la producción de papa, principal alimento de la población boliviana, sufrirá un bajón considerable, según información de los productores, como del Ministerio de Desarrollo rural. El dato oficial señala que el descenso de la producción de ese alimento básico será de 48.000 toneladas o sea alrededor del cinco por ciento del total que alcanza a algo más de un millón de toneladas. Sin embargo, se anticipó que la baja de la producción del tubérculo sería mayor por efectos diversos como sequías, granizadas, heladas, etc., aspectos meteorológicos que se registran por los cambios climáticos, así como el agravamiento del problema de la tierra, el abandono de la agricultura, la migración a las ciudades y otros.

El hecho de que las zonas paperas del país informen que se producirá el déficit de oferta de papa revela, una vez más, que la llamada seguridad alimentaria se encuentra en declinación, pues al mismo tiempo, otros sectores de la agricultura también registran bajas notables, como los de café, fruta, soya, trigo, maíz y otros productos. La referencia oficial permite considerar que también se anunciaría la importación del tubérculo, aparte de hacer la vista gorda ante el crecimiento de su contrabando desde Perú y Argentina y países vecinos.

El hecho de que Bolivia, país de origen de la papa, enfrente ese problema, muestra con transparencia que el país ha dejado de producir los alimentos necesarios para su subsistencia y que cada vez depende más de la producción y exportación de gas y otros hidrocarburos, aspectos que confirman el retorno a una situación de dependencia colonial y abandono del sentido nacional. Es más, el asunto, al contrario de lo que dice el Ministro del ramo, es motivo de preocupación, pues en ninguna forma debió ocurrir una situación de esta naturaleza, más aún cuando se dicta medidas diversas, se da ayudas diversas a los agricultores, se anuncia grandes proyectos técnicos, etc., que siempre terminan en cero.

Se debe agregar que si bien se hace anuncios teóricos para atender y mejorar la agricultura, en realidad se trataría de ofrecimientos de un “socialismo de bolsillo” que terminaron en enormes chascos, como es el caso del Fondo Indígena, entidad que en vez de invertir a favor de la agricultura, dedicó alrededor de mil millones de bolivianos a proyectos fantasmas y no contribuyó a que se produzcan los beneficios esperados. En todo caso, si dichos fondos no se los hubiese desviado para fines oscuros, es probable que el déficit de la producción de papa no se hubiera producido y, en cambio, más bien, los campesinos habrían aumentado el cultivo no solo de papa, sino también de otros alimentos.

Culpar al clima de la baja de producción de papa es parecido al pretexto del no-vidente que culpa de sus dificultades no a su deficiencia física sino al empedrado, es decir que el origen del mal no está en la corriente del Niño, sino en el agravamiento del problema agrario en general y de la tierra en particular.