Un país embrujado

Al escuchar versiones de que el ciudadano David Choquehuanca sería sucesor de Evo Morales al concluir este su periodo presidencial el año 2019, no pude menos que reconocer que nuestro país está embrujado y que hace varios lustros todos los bolivianos somos víctimas de oscuros poderes manejados por yatiris.

Quise comunicar tal impresión a mi discípula periodística y la cholita valluna al escucharme lanzó una carcajada jacarandosa al estilo quillacolleño, para luego echarme en cara mi tardía captación de los fenómenos sociales que se operan en nuestro país y que ella los había asimilado hace bastante tiempo.

Con la claridad mental que la caracteriza, la cholita me recordó que juntos habíamos celebrado la inteligente decisión gubernamental de encargar a nuestros amigos yatiris Kalimán, Mandrake y Titirico la organización del pasado referendo, para que con sus poderes sobrenaturales evitasen los fraudes electorales y los chanchullos que las autoridades suelen practicar tradicionalmente, consigna que nuestros brujos andinos cumplieron al pie de la letra y ahora uno de los yatiris más prestigiosos, como es David Choquehuanca, es mencionado como el probable candidato a la Presidencia del Estado de este país embrujado y embrujador. Al percibir que me encontraba en medio de un ambiente enrarecido me dio un ataque de “muyu-muyu” y comencé a dar vueltas alrededor de mi comadritay para pedirle mayor información acerca del señor David Choquehuanca, quien podría suceder durante cinco años al dueño y propietario del Palacio Real de la plaza Murillo.

La cholita no se hizo de rogar y me contó que éste proviene de una tradicional familia indígena y que fue uno de sus antecesores quien recibió en La Paz al Libertador Simón Bolívar, vaticinando a éste que “su gloria crecería como las sombras cuando el sol declina…”.

Ese dato que recogió la Historia de Bolivia enorgulleció a mi discípula periodística, quien me contó que ella es amiga íntima de nuestro Canciller y ella le trata de “Choky” cuando se encuentran casualmente en el Palacio Real de la plaza Murillo, aumentando mi asombro al recordarme que nuestro futuro mandatario es también yatiri, lo cual no resulta extraño en este país embrujado, donde las leyes naturales y sobrenaturales andan emparejadas y donde Choky atesora piedras en su despacho, pues solo él sabe distinguir el sexo de las piedras.

Sin embargo, debo advertir a mis lectores que todo lo dicho solamente tiene validez hasta que el Tribunal Supremo Electoral diga su última palabra sobre el resultado en cifras del referendo.