A los 84 años, y sin perder en ningún momento la curiosidad crítica, murió en Milán el escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco. El autor afrontaba un cáncer desde hace varios años, según medios italianos. Falleció en su casa, el pasado viernes 19, cuando las manecillas del reloj marcaban las 16.30 horas. Había nacido en Alessandría, el 5 de enero de 1932.
Su amplia y multifacética producción literaria era producto de sus conocimientos académicos y estudios personales en filosofía, historia y semiótica.
Publicó obras imprescindibles, como El nombre de la rosa en 1980 o El péndulo de Foucault en 1988. La última de las obras de su fecunda carrera como autor de novelas de éxito, ensayo, estética medieval o filosofía, fue Número Cero, una mirada crítica del gran experto de la comunicación sobre una crisis del periodismo que, según advertía, empezó “en los 50 y 60, justo cuando llegó la televisión”.
CRÍTICO
En una de sus últimas entrevistas, el año pasado, a propósito de la publicación de Número Cero, Eco hizo críticas al periodismo, pero sostuvo que “la existencia de la prensa es todavía una garantía de democracia, de libertad, porque la pluralidad de los diarios ejerce una función de control”.
El escritor, aquella vez, cuestionó la manera de adaptarse de los diarios con el boom de internet. “El periódico tiene que saber cambiar y adaptarse. No puede limitarse a hablar del mundo. Ya lo he dicho: tiene que opinar mucho más del mundo virtual. El diario funciona todavía como si la red no existiera. ¡Es como si no se ocuparan nunca de su mayor adversario!”, apuntó.
HOMENAJES POR EL MUNDO
Muchos se lamentan en Italia de que Eco no fuera galardonado con el Premio Nobel, otros prefieren recordarlo como el “humanista total” que llevó la literatura italiana a todos los rincones del mundo.
El escritor Roberto Saviano publicó en Twitter un mensaje sencillo de despedida en el que citó las últimas palabras de Eco en su novela más conocida en el mundo, pues fue traducida a una veintena de idiomas El nombre de la rosa. “Nomina nuda tenemos. Adiós profesor”, publicó en su cuenta.
El presidente de Francia, François Hollande, recordó al escritor como un “inmenso humanista”, que “se interesaba por todo” y estaba “igual de cómodo con la Historia medieval que con los cómics”.
El director de cine francés Jean-Jacques Annaud, que llevó a la gran pantalla El nombre de la rosa, recordó al escritor como un erudito a quien “todo le divertía”. “Era un personaje muy erudito y de una alegría de vivir asombrosa. Una mezcla entre el sabio y el hombre que amaba reír y comer”, indicó a la emisora “France Info”.
El ministro de Cultura de la República Dominicana, José Rodríguez, manifestó su pesar y dijo que fue un ser sumamente útil y necesario para la humanidad.
El Gobierno colombiano expresó su pesar y definió al escritor como “gran pensador y humanista” cuyas reflexiones “harán falta en este mundo de grandes turbulencias”.
Escritores bolivianos se manifestaron en las redes sociales tras su fallecimiento. “Guardo el mejor recuerdo de El nombre de la rosa”, posteó en Facebook Edmundo Paz Soldán; mientras que el poeta Gabriel Chávez escribió: “Arrivederci, don Umberto, grazzie. Sus novelas me depararon maravillosas horas de lectura”.
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