Economía pobre por bajas exportaciones

La crisis económica en que están sumidos los países del Tercer y Cuarto Mundo ha determinado que las pocas exportaciones que realizaban con precios altos, influía grandemente para que su economía sea más llevadera y aumentaba la posibilidad de producir más y exportar más en el día a día; pero la crisis ha significado que al bajar precios del petróleo, el gas, los minerales y las materias primas exportables, sean menores los ingresos financieros.

Una economía de crisis determina, forzosamente, que la pobreza aumente y las condiciones para el desarrollo y el progreso disminuyan. Esta es la realidad que viven hoy los países subdesarrollados y no existen esperanzas de que los precios de todo lo que se exportaba suban o se coloquen, por lo menos, en niveles que impliquen tan solo un 50% de disminución; al contrario, conforme hay más oferta de petróleo y gas, de minerales y materias primas, los valores de todo ello irán en declinación en el mercado internacional.

Si bien es evidente que los países ricos también han sufrido las consecuencias de la depresión que el mundo vive, no hay en esas naciones los resultados negativos que hay en el mundo pobre y subdesarrollado. La pobreza adquirirá mayores proporciones porque lo que se produce bajará aún más en sus precios y, cuando se cree que produciendo más se puede compensar con mayor producción, es pisar en falso porque ello implicaría mayor esfuerzo para producir más dinero; en otras palabras, lo que ayer significaba mayor ingreso por la venta de menos cantidad, hoy implicaría que la mayor cantidad da menores resultados, teniendo en cuenta que los costos de producción subirían y los réditos finales serían menores.

Los que padecían pobreza la aumentarán, los que producían riqueza tendrán que esforzarse mucho más para compensar en alguna forma la bajada de ingresos. Si a todo ello se agregan los porcentajes de inflación, lo incisivo de la pobreza se hace más crítico. Lo más grave radica en el hecho de que los gobiernos de países pobres consideran que “los préstamos logrados en el exterior” amortiguan la deuda, falso criterio porque esos préstamos, con inclusión de intereses y comisiones, hay que pagarlos, y esto demuestra que las pérdidas no pueden compensarse con préstamos que resultan onerosos a futuro.

Lo que correspondería es adoptar políticas que permitan crear nuevas fuentes de riqueza y generar más empleo; en otras palabras, ingresar en nuevos rubros de producción, agilitar todo lo que hoy se produce; realizar labores de prospección y exploración en nuevas áreas hidrocarburíferas, y planificar labores de prospección minera con miras a lo que vaya a hacerse en el futuro. Los préstamos solo son medidas del fracaso, de la desidia, de la ausencia de valores para imaginar nuevas formas de producir riqueza con miras a remediar la crisis.