La gran mayoría de los países latinoamericanos basa su economía en la extracción de recursos naturales. Lo mismo ocurrió y ocurre en Bolivia. En el artículo “La realidad de los recursos naturales” (Revista Pulso, 31 de agosto de 2007) hacía notar que contra el criterio general de los bolivianos de que somos un país privilegiado en recursos naturales, lamentablemente éstos son mínimos comparados con la producción (y las reservas) de otros países. Entre 2008 y 2015 los hidrocarburos (fundamentalmente gas natural) y los minerales representaron el 48,8% y 31,3% de nuestras exportaciones respectivamente, totalizando el 80,1% de recursos naturales no renovables, vale decir tenemos una industria altamente extractiva. La soya representó el 8,7%, sumando la exportación de commodities el 88,8%.
La producción promedio diaria de gas natural del país está entre 60 y 65 millones de metros cúbicos, equivalentes a 0,73 y 0,79 trillones de pies cúbicos (TCF por sus siglas en inglés) por año y las reservas certificadas de gas natural al 31 de diciembre de 2013 alcanzaban a 10,45 TCF (en el sistema inglés 1 TCF = 1 x 1012 pies cúbicos). En 2011 las producciones de los tres principales productores mundiales y sus reservas fueron: Rusia 23,7 TCF/año y 1.680 TCF, Estados Unidos 22,9 TCF/año y 305 TCF e Irán 5,4 TCF y 1.046 TCF. Desde entonces la producción y las reservas de Estados Unidos subieron por el desarrollo de la tecnología del fracturamiento hidráulico de los depósitos de gas (y petróleo) de esquisto. Las enormes diferencias saltan a la vista.
Los cinco minerales que representan más del 90% de la exportación minera del país son zinc, plata, estaño, oro y plomo. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, entre 2013 y 2015 las producciones anuales promedio y las reservas en 2015 de Bolivia y los tres principales productores mundiales fueron en zinc: Bolivia producción de 0,43 millones de toneladas (Mt), séptimo lugar y 3,2% de la producción mundial de 13,37 Mt y reservas de 4,6 Mt; China 4,94 Mt y 38 Mt; Australia 1,55 Mt y 63 Mt; Perú 1,35 Mt y 25 Mt. En plata: Bolivia 1.310 tons (sexto lugar y el 4,9% de la producción mundial de 26.700 tons) y 22.000 tons; México 5. 087 tons y 37.000 tons; China 4.087 tons y 43.000 tons; Perú 3.750 tons y 120.000 tons.
En estaño Bolivia 19.733 tons (quinto lugar y 7% de la producción mundial de 283.330 tons) y 400.000 tons; China 102.000 tons y 1.500.000 tons; Indonesia 73.730 tons y 800.000 tons; Myanmar (2014-2015) 27.500 tons y reservas no disponibles. En oro Bolivia no figura entre los 13 mayores productores, pero datos locales de 2013 y 2014 dan un producción promedio (que incluye el oro de contrabando que entró del Perú) de 28,6 tons (el 1% de la producción mundial de 2.930 tons); China 457 tons y 1.900 tons; Australia 280 tons y 9.100 tons; Rusia 240 tons y 8.000 tons. En plomo Bolivia 82.000 tons (séptimo lugar y el 1,7% de la producción mundial de 5.020.000 tons); China 2.533.000 tons y 15.800.000 tons; Australia 691.000 tons y 35.000.000 tons; Estados Unidos 368.000 tons y 5.000 tons. Desde 2008 la mina San Cristóbal es la principal productora de zinc, plata y plomo del país.
Ante este panorama desolador surge la pregunta lógica: ¿por qué entonces primero los minerales y actualmente el gas natural y en mucha menor proporción los minerales se convirtieron en el sostén de la economía boliviana y hasta vivimos el mayor auge económico de la historia entre 2006 y 2014? La respuesta es que debido al pequeño tamaño de nuestra economía, aún recursos naturales modestos tienen gran influencia en ella, influencia que no la tendrían en economías más grandes. Por ejemplo en 2014 la exportación de gas natural de 6.646 M$us que representó el 52% de nuestra exportación total (12.856 M$us), hubiera representado apenas el 9% de las exportaciones de Chile (76.648 M$us).
Haciendo un enfoque a la inversa y considerando recursos naturales de magnitud (como el cobre de Chile) en una economía pequeña como la nuestra, la exportación minera de dicho país en 2014 fue de 41.918 M$us vale decir 3,3 veces nuestra exportación total. Asumiendo que el 50% de ella provino de lo que fue territorio boliviano, si no perdíamos el Litoral habríamos exportado casi 21.000 M$us más.
La excepcional bonanza económica en el período 2006-2014 se debió a los elevados precios de todas las materias primas que alcanzaron records históricos y a que el gas –principal producto de exportación- debido a sus bajísimos costos de producción, su contribución impositiva en relación con el valor exportado fue unas cuatro veces de lo que contribuyó la minería, una industria aleatoria y con costos de producción cada vez más elevados por las declinantes leyes de cabeza, el incremento de precios de equipos e insumos y el incremento del costo de labor. En buena medida las utilidades y los tributos generados por el gas natural blindaron nuestra economía, blindaje que desapareció con la tremenda caída de precios de los commodities, en un ciclo de duración indefinida, que transformó la bonanza en crisis.
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