Lecciones no aprendidas

El economista Mauricio Ríos García dice que el gobierno boliviano no tiene capacidad para aprender las lecciones de la realidad.

Se refiere al gasto público tan abultado, que creció de Bs 7.000 a 32.000 millones desde 2006 hasta ahora.

Y dice que ha vuelto a caer en el mismo error, a pesar de que los ingresos están cayendo de manera irremediable.

Lo dice con una pregunta que tiene tono dramático: “¿En qué cabeza cabría cometer (e inducir a cometer) los mismos errores de asignación de recursos que provocaron y ahora agravaron la Gran Recesión?”.

Pero hay otras lecciones que quizá sea bueno tomar en cuenta en este momento en que el país vive una especie de melodrama parecido al de una vieja radionovela cubana que se llamaba “Yo amo a un canalla”.

El melodrama le está diciendo a Bolivia que es necesario mejorar la educación en el país, de tal modo que los principios morales no sean ignorados por nadie, incluso por el más humilde de los bolivianos, pues cualquiera puede llegar al gobierno.

La realidad le ha dado a Bolivia la lección de que la mala educación es un riesgo. Que los maestros rurales vivan en las capitales y partan hacia los lugares donde deben enseñar los días lunes, demoren dos días en llegar, y luego, el jueves, partan de regreso, con lo que los días de enseñanza se han reducido a dos por semana, es algo que se paga muy caro, como lo estamos viendo ahora.

Y está otra lección más que los bolivianos deberíamos tomar en cuenta. Nos la propone Jorge Lanata en una columna en que reproduce una charla que dio en Estados Unidos.

La lección está contenida en la pregunta con que comienza el largo artículo: “Ahora que queremos suponer que el populismo está en retirada en América latina, es un momento inmejorable para preguntarnos por qué se quedó tanto tiempo. ¿Qué tuvimos que ver con Chávez, con Kirchner, con Cristina? ¿Qué tendremos que ver con Laclau, con Morales, con Correa?”.

¿Qué hemos hecho mal para que tengamos estos castigos? Porque estos personajes no llegaron del cielo. Los creamos nosotros. ¿Quién puso al líder de los cocaleros ilegales en la presidencia de Bolivia?

La corrupción está barriendo a todos estos gobiernos que presumían de estar haciendo grandes revoluciones. Y lo que hacían era solamente llenarse los bolsillos.

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