La catequesis del papa Francisco trató la figura de Dios Padre que “ama a sus hijos, los ayuda, los cuida, los perdona”. El Pontífice aseguró que “la Iglesia no necesita dinero sucio, necesita de corazones abiertos a la misericordia de Dios”.
“Es necesario acercarse a Dios con manos purificadas, evitando el mal y practicando el bien y la justicia” y “como padre, los educa y los corrige cuando se equivocan, favoreciendo su crecimiento en el bien”, añadió.
En la plaza de San Pedro, el Pontífice comentó un texto del profeta Isaías en el que habla de “un padre afectuoso, pero también atento y severo, que se dirige hacia Israel acusándolo de infidelidad y de corrupción, para llevarlo sobre la vía de la justicia”.
El Papa también manifestó que “la salvación implica la decisión de escuchar y dejarse convertir, pero permanece siempre como don gratuito”.