[Humberto Vacaflor]

ECONOMÍA Y FINANZAS

Señales de crisis


Todos los sectores económicos del país están exigiendo una revisión del sistema tributario nacional, que los ahoga.

 

El bajo precio del petróleo ha puesto en apuros a algunos gobiernos cuyos ingresos dependen enormemente de la exportación de este producto. Venezuela es el ejemplo más claro, su deuda externa, especialmente con China, fue diseñada para ser pagada con petróleo cuando este se cotizaba por encima de los US$ 100 el barril. Ahora que el barril está rondando los US$ 30 el país debería exportar tres veces más sólo para cubrir su deuda con China.

El precio del oro está oficialmente en auge que es considerado como un período de aumento de 20% desde un punto bajo en el mercado. El precio alcanzó su punto más bajo de los últimos 6 años con US$ 1.049,60 el 17 de diciembre de 2015, ayer el precio llegó a US$ 1.261,30 con lo que logró un alza de 20,2%. El metal ha vuelto a su valor de enero de 2014 gracias a la inestabilidad en el mercado de monedas y su uso como alternativa de reserva.

El estaño ha roto la tendencia del Mercado de Metales de Londres y ha aumentado su precio en lo que va del año. La caída en la producción y oferta de Indonesia y la caída en las reservas almacenadas en el mercado han elevado el precio hasta el punto en el que según algunos expertos podría nuevamente atraer inversión en producción. El interés llegaría a Bolivia ya que las condiciones impositivas y de seguridad jurídica no han mejorado.

Instituciones internacionales como el Banco mundial califican al sistema impositivo como el más engorroso y difícil del mundo y también uno de los más altos.

Y eso quiere decir que el sistema tributario actual es cuestionado por todos los contribuyentes, lo que significa que la reforma debe ser global.

Unos reclaman porque el régimen simplificado establece bases muy bajas, otros cuestionan la existencia de ese régimen, los empresarios chicos están desertando por miles, los medianos están en la misma situación y los grandes contribuyentes dicen que el sistema de multas se ha hecho asfixiante.

Es decir que todos quieren un cambio, pero de inmediato. Son todos los que aportan con sus impuestos al Tesoro General, a una bolsa que ya se sabe cómo es manejada por el gobierno.

Solo 1% de las adquisiciones del Estado se hacen mediante licitaciones, dice un libro de Diego Ayo que está en la prensa, mientras que hace diez años eran 76%.

El escándalo en que se vio envuelto el presidente Evo Morales, y la administradora de empresas Gabriela Zapata vino a poner nuevas dudas sobre el manejo que se da a los impuestos que pagan los bolivianos.

Sin cuestionar el destino de las recaudaciones, sino la crisis en que está ahora la economía, los voceros de los diferentes sectores están exigiendo un cambio de todo el sistema tributario.

Si las empresas medianas y pequeñas que tributaban en 2014 eran 151.134 y bajaron en 2015 a 93.394 quiere decir que algo está muy mal. El sistema tributario está provocando el éxodo de las empresas hacia el sector informal.

El experto Miguel Antonio Roca dijo en una columna: “Mal acostumbrado a gobernar con las arcas llenas por los ingresos del gas, el gobierno del MAS no ha necesitado reflexionar sobre el sistema tributario que heredó de los que llama ‘gobiernos neoliberales’. No obstante, ahora que menguan los ingresos gasíferos, el Gobierno está abocado a ‘apretar las clavijas’ del sistema tributario existente, el cual fue concebido hace casi 30 años para evitar el retorno de la hiperinflación y sostener el equilibrio fiscal, sacrosanto objetivo del más recalcitrante neoliberalismo que se impuso por encima del empleo, la salud, la educación, la producción, la justicia social o cualquier otro objetivo nacional”.

Si los empresarios que forman el esmirriado y en vías de extinción universo tributario están molestos es que quienes manejan el país no son capaces de entender lo que está ocurriendo.

Acostumbrados a manejar la bonanza, no tienen ni la más remota idea de cómo deben administrar una crisis.

El ministro de Energía, Luis Alberto Sánchez, está en Argentina ofreciendo energía eléctrica a las provincias del norte de ese país, fronterizas con Bolivia.

Es que esas mismas provincias argentinas están recibiendo energía eléctrica chilena desde hace dos semanas, desde las plantas termoeléctricas de Atacama.


Una mano capitalista

Venezuela busca crédito de la banca privada internacional y fondos de inversión. Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela, asegura que tiene negociaciones "bastante avanzadas" para un crédito de US$ 5.000 MM a ser garantizado con las reservas de petróleo y oro. El 60% irá a cubrir gastos estatales, el resto a un proyecto aurífero.

Una posible solución

El juez estadounidense, Thomas Griesa, levantó la prohibición para el pago de los bonistas que han negociado. La medida sólo tiene vigencia por dos semanas pero abre la posibilidad de una renegociación de US$ 6.200MM con los "holdout", antes conocidos como buitres que son tenedores de bonos impagos de Argentina.

Crédito chino

Brasil es el máximo receptor, con US$10.600 MM, seguido muy de cerca por Venezuela con US$10.000 MM y Ecuador con US$7.000 MM. Entre los tres reciben el 97% del total. El financiamiento chino tiene como destino la inversión en infraestructura y el financiamiento de actividades extractivas.

Lo bueno

Es que los expertos del BM, del BID y de la Cepal vinieron a asesorar sobre la manera cómo debe manejar el gobierno la crisis actual, cuando los ingresos caen sin esperanza.

Lo malo

Es que según esos expertos, la caída de los precios de las exportaciones tendrá una duración muy larga, más larga de lo que se había calculado en un primero momento.

Lo feo

Es que el gobierno no da señales de reducir el gasto público, que trepó de Bs 7.000 millones a 32.000 millones en los últimos años sin que haya aumentado la capacidad productiva del país.

 
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