Impuestos y ausencia de informaciones precisas

El Gobierno, dada la crisis financiera por la baja de los precios de los hidrocarburos, se ha mostrado preocupado por cobrar los impuestos devengados al fisco y ha puesto en práctica medidas que, según las autoridades de Impuestos Internos, “ayudarán a una recaudación más efectiva y eficiente”.

Lamentablemente, para la mayoría de los contribuyentes que cumplen normalmente con sus obligaciones tributarias, una de las causas por las que hay renuencia al pago radica en la falta de información oportuna sobre los diversos impuestos que hay que pagar, especialmente cuando unos tratan sobre utilidades según balances de gestión, otros están referidos a impuestos como el IVA y varios otros que sería necesario conocer en detalle.

Impuestos Nacionales aplica, casi a capricho, determinadas gabelas sobre las que no existe información oportuna y debida a los contribuyentes como es el caso del Sistema de Facturación Virtual (SFV) que pocos entienden y que los encargados de recabar no dan las informaciones precisas. Hay varios impuestos que requieren ser conocidos por quienes tributan o pretenden hacerlo con regularidad.

Lo grave de esta situación es, según muchos contribuyentes, que cuando vencen los plazos para el respectivo pago y así haya tardanza de pocos días, surgen intereses y multas sin consideración alguna; en casos, se informa que entre intereses y multas “se sobrepasa los montos adeudados”, lo que, en criterio general, resulta ser arbitrario y hasta abusivo porque se entiende que la aplicación de multas e intereses está regulado y que hay otras normas que deberían ser cumplidas por los funcionarios que, en muchos casos, hacen “la vista gorda” a disposiciones claras y sólo imponen criterios que están alejados de las normas.

Lo extraño es que las autoridades de Impuestos controlan muy bien a quienes cumplen con el fisco; pero nada hacen con los renuentes a pagar tributos. Hacen caso omiso a quienes, luego de vender algún producto, preguntan “con factura o sin factura”; lo primero es recargando los montos cobrados y, lo segundo, omitiendo pocos pesos porque “no se da factura”. En la mayoría de los negocios -mercados, servicios de transporte, servicios, etc.- no conocen lo que es una factura y cuando se reclama, los vendedores dicen: “estamos liberados o estamos bajo el sistema simplificado, o contamos con IVA”. No faltan quienes responden: “Si quiere factura, pídala a la Renta”.

Hay sectores que no pagan impuestos nacionales ni municipales y las autoridades parecen ignorar su existencia o, alguna vez, deciden tomar medidas que nunca se hacen realidad. En Bolivia, contrariamente a lo que ocurre en la mayoría de los países capitalistas como el nuestro, “pagar impuestos resulta cosa de tontos”, especialmente si para rehuirlos “hay formas para hacerlo”. Las autoridades son muy exigentes con los que cumplen, con los otros, “habrá que ver…”.