La crisis de valores, la moral y la ética que flagelan a las sociedades, tanto a nivel nacional como mundial, son las consecuencias de la situación crítica que atraviesa el sistema educativo actual, como consecuencia, también, de los cambios acelerados que se vienen dando en el mundo.
Dentro del conjunto de principios, valores y normas que rigen las actividades humanas está la educación moral, que tiene la finalidad fundamental de influir en la conducta de los hombres; así como la educación física tiene su importancia para preservar la salud del cuerpo humano, la educación moral la tiene para normar la conducta de las personas.
Un autor como J. Friedrich Herbart hace coincidir los fines de la educación moral, con los mismos de la educación en general; al respecto, él decía que: “Virtud es el nombre que conviene dar al fin de la educación”. Sin embargo, es necesario relievar que, la educación moral no solo aspira a normar la moral de las personas, sino propende, principalmente, a influir en su comportamiento. Sin embargo, cabe puntualizar que la finalidad última de la educación es la formación total del hombre, siendo la escuela la institución llamada para cumplir con este fin.
Sin embargo, es necesario aclarar que los preceptos de la moral cambian en el tiempo y espacio en el que habitan las personas: en el tiempo, porque, la que se practicaba en el incanato no era lo mismo que en la actualidad; tampoco es igual la que se ejerce en países orientales con la de Latinoamérica; y varía, también, conforme con el sistema político en el que se vive, así, no es lo mismo en un régimen comunista que en el democrático, etc.
En el país, actualmente, se viene dando una suerte de pérdida de valores bastante marcado con la existencia de una alta corrupción, el nepotismo, la extorsión, el robo organizado que vienen a estigmatizar a la sociedad boliviana. Pero, existe una relación directa de causalidad de todos esos hechos, con los desencuentros, intolerancia y, la angustia y desesperación, que desencadenan en enfrentamientos entre hermanos bolivianos, como se ha observado, por los medios de comunicación, en los últimos días. Al mismo tiempo, también, se vienen dando otras formas de inconducta como: el hedonismo, el alcoholismo, la drogadicción y otras lacras sociales, que afectan a un grupo etario de la sociedad boliviana. Todo ello, significando el claro resultado de la falta de educación moral.
Por todas esas consideraciones, la sociedad interpela, directamente al sistema educativo nacional; por considerar que las formas de inconducta observadas, tienen una relación directa con la educación.
Y, ¿cuál es la actitud de nuestras escuelas frente a esta problemática? La respuesta la tienen las autoridades educativas y los maestros del país.
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