Buenos Aires.- “Retira libremente solo lo que necesites”, invita a los transeúntes una nevera situada en la vía pública de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán. Su objetivo: dar de comer a todo aquel que no pueda pagarse un plato de comida y, a la vez, reducir el ingente desperdicio de comida.
“Somos dueños de tres negocios gastronómicos y siempre nos preguntábamos qué hacer con el excedente de comida que tirábamos”, dice a Efe Luis Pondal, uno de los tres fundadores de la iniciativa solidaria, Heladera social. El miedo a intoxicar a alguien o sufrir una demanda por ese motivo frenaron durante años los planes de donar alimentos sobrantes, indica Pondal.
Hasta el día en que, a la hora del cierre, vieron cómo un padre metía a su hijo pequeño en el interior de un contenedor para que buscase comida entre las bolsas de basura y la mayoría de lo que encontró procedía de su restaurante.
EFE