Corrupción

Uno de los problemas que aqueja el mundo en los últimos 50 años es, sin duda, la corrupción.

El caso más emblemático de los últimos años es el de la FIFA. En diciembre del 2015 los titulares de las noticias nos informaban que: “Escándalo de la FIFA: arrestan a presidentes de Conmebol y Concacaf en Zúrich.

La acusación formal de 92 cargos revelada contra los 16 acusados incluía delitos relacionados a crimen organizado, fraude electrónico y conspiración para lavar dinero, entre otros delitos”.

Se hizo pedidos de extradición para algunos de los involucrados en Honduras y Argentina.

La justicia estadounidense indicó que los acusados también serán procesados por un esquema de enriquecimiento ilícito de 24 años a través de actos de corrupción en el fútbol internacional.

El astro del futbol argentino Diego Maradona dijo que el ex presidente de la FIFA Joseph Blatter y el de la UEFA Michel Platini deberían estar encarcelados de por vida y no haber sido suspendidos por seis años por sus violaciones al código de Ética de la FIFA.

Ambos fueron suspendidos inicialmente por ocho años tras el pago de 2 millones de francos suizos (1,85 millones de euros) que la FIFA hizo al francés con la aprobación del suizo por un trabajo realizado una década antes. Posteriormente la sanción fue rebajada a seis años.

En Bolivia el dirigente Carlos Chávez, de la Federación Boliviana de Futbol, fue enviado a la cárcel de Palmasola, donde todavía se encuentra preso.

Lo insólito sin embargo fue la noticia de marzo del 2013 que hacía conocer corrupción en el Vaticano. El periódico La Repubblica aseguró que Benedicto XVI recibió un informe “ultrasecreto” elaborado por tres cardenales en el que se denunciaba también tráfico de influencias.

El texto, de 300 páginas, que hacía referencia a un “lobby gay” dentro del Vaticano, fue entregado al pontífice, según la periodista que no aclara cómo accedió al documento.

El informe, encargado el año 2012 por Benedicto XVI a tres cardenales, el español Julián Herranz, el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore De Giorgi tras las filtraciones de documentos confidenciales y conocido como el escándalo Vatileaks, revela un sistema de “chantajes” internos basados en debilidades sexuales y ambiciones personales. Se identificó a un grupo especializado en montar y desmontar carreras dentro de la jerarquía vaticana y otro dirigido a usar multimillonarios recursos para sus propios intereses a la sombra de la cúpula de San Pedro a través del banco del Vaticano, según la publicación.

Por suerte nuestra, el país por instrucciones del Gobierno gestionó mediante nuestro representante ante las Naciones Unidas, Sacha Llorenti, el exdefensor de los Derechos, y logró la aprobación de los principios “ama sua”, “ama llulla”, y “ama kella” como fórmulas de vida.

A ello hay que añadir el hecho de que, según repiten a menudo en altos círculos, contamos en el país con recursos humanos que viven bajo esos principios y constituyen la reserva moral de la humanidad, por lo cual es un tanto sorprendente escuchar casos como el del Fondioc, donde no se utilizaron adecuadamente los recursos dirigidos a promover el desarrollo campesino, o el caso de las empresas chinas y la dama que actualmente ha sido alojada en el penal de Obrajes, caso que todavía se encuentra bajo investigación por presunto tráfico de influencias, pero la vida es así llena de incongruencias. O como nos repite el tango Cambalache: “el mundo es una porquería” hoy y hace mucho tiempo.