En los últimos meses
• El agua que se consume en los lugares afectados es muy insalubre • Al menos, ocho municipios del departamento de La Paz se encuentran amenazados por la sequía
Las provincias Gualberto Villarroel, Pacajes, Ingavi y Aroma soportan la escasez de agua, tanto para el consumo humano, el suministro a los animales y el riego. Asimismo, más de ocho municipios del departamento de La Paz se encuentran amenazados por la sequía.
“La escasez hídrica en algunas regiones es más que evidente e incluso hay registro de aguas contaminadas sumamente peligrosas para el consumo humano”, señaló el presidente del Comité Cívico Pro La Paz, Clemente Gutiérrez.
De su parte, la sequía y la falta de agua provocan alarma en los municipios afectados. “En estas zonas más del 70% de los sembradíos fueron dañados y los comunarios piden ayuda”, informó.
Los pobladores muchas veces tienen que abastecerse de agua de pozo; “sin embargo, no es suficiente para satisfacer las necesidades de las familias afectadas”, asevero Gutiérrez.
En su opinión, el agua que queda es insuficiente para solventar la agricultura, una realidad que afecta a todo el sur del altiplano y que sin duda creará una fuerte crisis económica entre quienes viven de este trabajo.
La sequía, al igual que las lluvias, ha causado bastantes problemas, en las zonas de cultivo y de cría de animales, lo que compromete la economía de las familias de productores.
“La ayuda de parte de Defensa Civil y la Gobernación se está haciendo esperar, lo cual produce preocupación y bastantes pérdidas a los pobladores, debido a que está en riesgo todas sus inversiones; en promedio, llegarían a 5.000 bolivianos, por productor”, manifestó el dirigente del Comité Cívico.
Señaló que hay hectáreas que se han podido salvar, porque de vez en cuando hay lluvias, pero no alcanza para el consumo humano y animal, razón por la cual la crisis no ha dejado de azotar a las familias de agricultores.
Por otro lado, el poblador de la provincia Pacajes, Ramiro Colque, confirmó que la sequía es un hecho preocupante y lo es aún más la mala calidad del agua, porque las personas se abastecen de pozos.
Indicó que en otros pueblos de Bolivia que sufren sequías se han construido embalses, para proveer de agua a sus cultivos y animales. “Los pobladores estamos estudiando otras alternativas, para contrarrestas los problemas de la falta de agua, mientras llega la ayuda de la Gobernación”, indicó.
El Viceministerio de Defensa Civil, a través de un comunicado, hizo saber que se destinó 20 toneladas de alimentos y vituallas para combatir la sequía en el departamento, para contrarrestar los efectos de la sequía en los municipios más afectados.
“La sequía es un fenómeno engañoso. Al contrario que los desastres repentinos, evoluciona a lo largo del tiempo y destruye gradualmente la región afectada. En los casos agudos puede durar muchos años y causar efectos devastadores en la agricultura y las reservas de agua”, expresó el ambientalista Edwin Alvarado.
La sequía se define como déficit de lluvias durante un período de tiempo prolongado, por un año o varios años, en relación con la media estadística multianual de la región en cuestión.
“La falta de lluvia da lugar al suministro insuficiente de agua para las plantas, los animales y los seres humanos. Por su parte, la sequía puede resultar en otros desastres: inseguridad alimentaria, hambrunas, malnutrición, epidemias y desplazamientos de poblaciones”, dijo.
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