Los chinos nos han embrujado

Comienzo esta crónica declarando que en mi largo caminar periodístico de más de sesenta años, me correspondió seguir de muy cerca la actividad política del actual Presidente Vitalicio y aún recuerdo algunas de mis crónicas acerca del joven político que se lucía en su entorno jugando al fútbol y masticando coca, sin hacer podido yo precisar cuándo inició su amistad y alianza con el venezolano Chávez y el cubano Fidel.

Todo el párrafo anterior se lo desembuché a mi fiel discípula periodística para conseguir que ella pudiera decir algo acerca del mencionado personaje que en su momento estelar aparece ante su pueblo ligado con una mujer joven y guapa que le da un hijo y ella surge enriquecida gerentando una empresa china que firmó contratos con el Jefe del Estado Plurinacional y Folklórico de Bolivia.

Como mi comadre Macacha lleva bastante tiempo como mi corresponsal ante el Palacio Real de la plaza Murillo, le pregunté sin anestesia y de sopetón cuándo el modesto hijo de Orinoca se siente seductor y se lanza a la conquista de la bella ciudadana que enloquece a algunos chinos y empuja a Evo a rifar su papel en la Historia de Bolivia.

Macacha me cuenta su verdad y me dice que de un momento a otro cambia el mandamás, como si algún espíritu maligno se hubiera apoderado de su ser y como si hubiera perdido su brújula, comienza a dar órdenes desafortunadas, designaciones desventuradas y pierde el referendo que él había convocado y debería haberlo ganado.

¿Qué pasó entonces….? Macacha sostiene que Evo fue embrujado por los chinos con métodos y recetas que nosotros los accidentales desconocemos absolutamente y que brujos de Pekín también embrujaron a Álvaro García Linera, al Presidente de YPFB, al Ministro de Defensa y a los comandantes de las tres Fuerzas para que Bolivia siga adquiriendo aviones como “taparacus” y material bélico de fogueo que podría ser utilizado por los inocentes bolivianos en la noche de San Juan.

Esta tesis de Macacha y mía podrá ser comprobada en los años futuros, donde y cuando se quiera porque las deudas que contrajimos y que seguiremos contrayendo nunca concluirán.

Evo y sus ministros, Gabriela y sus socios, Macacha y yo estamos embrujados por los chinos.