Extrañamente, no obstante las muchas experiencias de otros países y propias sobre atentados a la libertad de expresión, esta vez fue el Ministro de la Presidencia que, prácticamente en forma oficial, expresó duros conceptos contra los medios de comunicación y lanzó amenazas en sentido de que habrá que cerrar varios. El pasado miércoles 2 de marzo, textualmente lanzó frases muy duras y excesivamente amenazantes porque, a su juicio, algunos medios de comunicación “tienen la osadía de mentirle al país”.
“¿Cuántos medios de prensa van a desaparecer como consecuencia de esta osadía temeraria de mentirle al país”?, dijo y añadió también que de un tiempo a esta parte, algunos medios “se han envilecido, se han corrompido”. Pidió a la ciudadanía “reaccionar contra esos medios de comunicación que han convertido el derecho a la información en un derecho a mentirle al pueblo boliviano”. Para refrendar su posición, arremetió contra un periodista al calificarlo de narcotraficante y condenó a algunos medios al señalar: “Lo terrible es que algunos medios de comunicación se han convertido en palos blancos de un narcotraficante, hoy tiene más credibilidad que otros periodistas honestos que mantienen fidelidad a su ética periodística”.
Las expresiones del funcionario son, en grado extremo, irrespetuosas, contrarias a la prudencia, al decoro y al respeto que debe tener un servidor del Estado a cualquier persona y, mucho más, a periodistas y medios de comunicación que lo único que hacen es servir a la verdad con responsabilidad. Lo más grave es que lanzó acusaciones sin aportar prueba alguna y llegó al extremo de calificar a un periodista de narcotraficante. Sería interesante y constructivo que el funcionario aporte las pruebas de sus afirmaciones y no se base en el cargo que ocupa para lanzar, desaprensiva e irresponsablemente, acusaciones que no tienen ninguna razón ni prueba fehaciente.
El periodismo boliviano y quienes trabajan en él, lo hacen con honestidad y responsabilidad; cualquier información u opinión que se emite en los diversos medios -prensa, televisión, radio y comunicación alternativa- es producto de la realidad, es reflejo del acontecer político, económico, social o de cualquier naturaleza que se produce en el país o fuera de él. Que hubo excepciones y exageraciones en mucha prensa, es evidente, pero, con la misma responsabilidad, los medios han hecho las aclaraciones pertinentes y se ha publicado las respectivas notas de aclaración y hasta pedido de disculpas por los yerros cometidos.
¿Cerrar algunos medios? La medida, desde todo punto de vista, le haría grave daño al Estado boliviano y, en sumo grado, al Gobierno que dice defender la democracia y las libertades. Los medios de comunicación, atenidos a las libertades consagradas por la Constitución, las leyes y los convenios internacionales, seguiremos en la misma línea, honesta y responsable, de defender al país, su integridad y sus intereses condenando todo lo que significa mal uso del servicio público.
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