Raúl González García
La tecnología y el desarrollo nos permiten conocer a la naturaleza cada vez más y mejor. Ahora que la comprendemos, aún estamos a tiempo de crecer con ella, y no por medio de ella.
Las farolas podrán ser sustituidas por árboles y plantas con luz natural propia dentro de unos años, según un proyecto que está en desarrollo por un grupo de científicos. El estudio Glowing Plant, que se podría traducir como planta que brilla con intensidad, propone una solución a un mundo que consume recursos como si fueran inagotables, cuando en realidad lo son, lo que acabará por superar los límites del planeta. Afirman que la propia naturaleza tiene la respuesta a través de la bioluminiscencia, una energía limpia, renovable y sostenible.
La bioluminiscencia es la producción de luz de ciertos seres vivos, como es el caso de las libélulas o algunos animales de las profundidades marinas. De hecho es en estos organismos en quienes se han inspirado y tomado la idea base para trasladar esta propiedad al reino vegetal. Todo esto por medio de la modificación genética, en la que se inyectan genes con esta propiedad a la planta, siempre de manera respetuosa con el medio.
“La primera planta que brillaba se creó a mediados de los 80. Aunque era una luz muy débil, vimos en ella una oportunidad de progreso”, cuenta Antony Evans, cofundador del proyecto. ”Vimos la ocasión de sustituir las farolas eléctricas, que gastan electricidad y emiten dióxido de carbono, por árboles que brillan en la oscuridad. Cuando esto se consiga la iluminación será natural, mejorará el aspecto de las calles y serán mucho más bonitas”.
Aunque afirman que por el momento la luz no es lo suficiente fuerte, muy pronto conseguirán un brillo suficiente como para que sea práctico en muchos más ámbitos de la vida cotidiana; ya que asegura que diseñar un organismo biológico será tan fácil como diseñar una aplicación móvil, será accesible y se podrán desarrollar otras funciones.
“La biología es vida. Nosotros somos biología. Y ahora somos capaces de programarla. Este es un cambio radical que será lo más innovador en tecnología durante los próximos años. Causará una revolución en todos los ámbitos. Esto nos permitirá crear un entorno más respetuoso, más limpio y más sostenible con el medio ambiente”
La modificación genética, sin embargo, no es algo que agrade a todos, e incluso puede parecer algo frío y artificial. Esta práctica, de hecho, está prohibida en algunos países. De manera paralela a este proyecto nace, por tanto, otro con el mismo fin pero con distintos medios. Glowing Nature, traducido como naturaleza que brilla, es una propuesta del científico Daan Roosegaarde que “utiliza arboles adultos a los que no se les modifica su ADN sino que se les aplica una fina capa de “pintura biológica” con propiedades luminiscentes. La pintura se recarga durante el día gracias a la radiación solar y emite luz durante la noche, con una autonomía de hasta 8 horas.”
La tecnología y el desarrollo nos permiten conocer a la naturaleza cada vez más y mejor. Ahora que la comprendemos, aún estamos a tiempo de crecer con ella, y no por medio de ella.
El autor es periodista.
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