Valores, apegos y uso indebido de influencias

Son 10 los años que el Presidente se caracteriza por haber insuflado una serie de culebrones (“noticias”) y que desencajan el ánimo de los bolivianos y ¡oh! paradoja”, él se molesta. En sintonía, Quintana, amenaza ¡hay medios que van a desaparecer por mentirle al país” ¿quién miente a quién? El país lo sabe. La labor informativa de los medios (independientes) a través de estructuras significativas relacionados con los referentes de los “hechos” o culebrones, no hacen más que cumplir su función. En un ángulo de interpretación, los “protagonistas” (autoridades) se adscriben a denostar, entre otros, a las féminas.

El culebrón del “uso indebido de influencias” del presidente Evo Morales Ayma, supuestamente, a favor de su ex pareja Gabriela Zapata Montaño; que a temprana edad detenta una vida de millonaria, como ex ejecutiva de la CAMC (empresa con un capital de 100.000 Bs.) se adjudica proyectos por excepción (invitación directa) por 580 MM $us. En consecuencia, surge la duda, ¿por qué la ex pareja del Presidente goza del estatus de millonaria? Esta forma de gobernanza convierte al Presidente en una fuente “primaria” de definiciones, imágenes a través de actitudes con “valores=significantes” y juicios normativos, basados generalmente, en temas de violencia, sexo, delincuencia y morbo como algo socialmente aceptable.

Se esperaba, en estos 10 años, que el Presidente supere estas actitudes (machistas), es decir, no anteponga sus “egolatrías” sobre los intereses del país. Por ello, la “indignación” de los bolivianos es legítima, pero los adláteres (ministro(as) del MAS, la considerarán una intromisión a su vida privada. Tozudamente, apelan a una serie de “justificaciones” y amenazas que se contradicen con el “mensaje” del triunfo del NO en el referéndum del 21f; al cansancio del pueblo por estos culebrones; la contradicción con los postulados del cambio, y sobre todo, la ausencia de la –cacareada- equidad de género garantizada en la CPE.

Este culebrón, insuflado por el Presidente para terminar en un uso indebido de influencias (probablemente, también, quedará impune) se caracteriza por lo que Altschull (1996) denomina: “valores” del culto al cuerpo, la belleza y el glamour como artículos de consumo en sociedades capitalistas y re-re-re consumistas relacionadas al sexo opuesto. Estos hechos, sustenta Laclau, adquieren el rango de “valores”: como algo que me sirve y es útil, y los apegos como la afición fáctica a algo: en este caso las mujeres. De hecho, en general los hombres quedan obnubilados por estos valores y apegos, ni se percatan del trastoque de su inteligencia emocional.

Etas taras (2006-2015) en esta sociedad revestida de socialista (igual que antes) muchas mujeres se sienten obligadas a lograr cambios físicos –incluso a través del bisturí- para lograr prestigio, seguridad y superioridad (Lipovethki, 2000) o para, “enriquecerse” (a costa de hijos). Este comportamiento del Presidente no debería sorprender, dada su experiencia. Es más, algunos Ministros(as) “solapan” estas taras, pretendiendo retóricamente una escisión de las actitudes del Presidente como privadas por un lado y públicas por otro. No es ético que para lograr algún “objetivo emocional” se enfrasque en un uso indebido de influencias. De hecho, particularmente –el culebrón machista- no me interesa, excepto por lo 580 MM $us que se dice ha costado a Bolivia, ¡urge la aclaración del entuerto para recuperar el capital!