El magistrado Gilmar Mendes, uno de los once miembros del Tribunal Supremo de Brasil, decidió ayer de forma cautelar suspender el nombramiento de Lula como Ministro de la Presidencia y negarle el fuero privilegiado que le ofrece el cargo, informaron fuentes judiciales.
Mendes aceptó mediante cautelar una petición del opositor Partido Popular Socialista (PPS) y determinó que todos los procesos contra Lula por lavado de dinero y falsificación permanezcan en manos del juez Sergio Moro, titular del decimotercer juzgado federal de Curitiba y responsable de la investigación por las corruptelas en Petrobras.
Lula, que asumió el cargo el jueves, ha visto en las últimas horas como diferentes tribunales le impedían ejercer el cargo, le daban luz verde, y de nuevo anulaban de forma cautelar su nombramiento. Esta última decisión, que anula su nombramiento, siguió a otra de menor rango, adoptada por un juez de Sao Paulo, Luciano Tertuliano da Silva, que argumentó, como lo ha hecho ahora Mendes, que tanto el expresidente como Rousseff interfirieron en la investigación de la corrupción en la petrolera Petrobras.
El Gobierno insiste en que su designación responde a la necesidad de reforzar la acción del Ejecutivo frente a la crisis política y económica, mientras que para la oposición es una maniobra para evitar sentar al expresidente en el banquillo por corrupción.