Disminuir edad de imputabilidad a adolescentes viola sus derechos

El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, calificó de inaceptable el anuncio del ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien pidió la disminución en la edad de imputabilidad penal a los adolescentes, con el argumento de que la propuesta contradice tratados internacionales de derechos humanos y se constituye en un “extremo inaceptable e inhumano”, pero además que es una determinación que no frenará el incremento de la violencia en la sociedad.

“Como Defensoría del Pueblo presentamos una acción abstracta de inconstitucionalidad porque esta disminución contradice acuerdos y tratados internacionales de derechos humanos suscritos por Bolivia; lamentablemente hasta la fecha no fue respondida por el Tribunal Constitucional”, dijo Villena apoyándose en el nuevo Código Niño Niña Adolescente, aprobado el 2014, donde refiere que los menores pueden ser imputados entre los 16 y 14 años según del delito cometido.

Villena afirmó que una nueva disminución de 14 a 13 o 12 años, se constituiría en “una medida draconiana que mostraría no solo la ignorancia, sino el menosprecio a los acuerdos internacionales y la propia Constitución Política del Estado”.

“El abordaje simplista que hace el gobierno de un tema que es estructural es preocupante, ya que resulta insensato justificar esta medida frente al posible incremento en los hechos delictivos cometidos por adolescentes o a la proliferación de pandillas juveniles”, añadió.

PANDILLAS

Pidió al Gobierno prudencia y responsabilidad en el tratamiento de los temas referidos a adolescentes acusados de la comisión de delitos, evitar acciones que puedan desencadenar en discriminación y “no convertirlos en objetos de distracción política ni en un espectáculo montado para ocultar la realidad de violencia, alcoholismo y abandono en la que viven”.

“La violencia no la originan las y los adolescentes, es producto del tipo de sociedad que estamos construyendo desde el Estado, las familias, las escuelas y los medios de comunicación; una sociedad que, no sólo está perdiendo valores humanos básicos, sino reproduce y naturaliza la violencia, el abandono y la discriminación hacia las niñas y los niños que, repiten los adolescentes en una suerte de ciclo perverso heredado del sistema consumista, hedonista y discriminador.