Víctor Hugo Gironda
* Empezó haciendo música autóctona. Años más tarde se consagró a la mandolina. Tras ser parte de Kollamarka y Alaxpacha, creó su propio grupo: Chakana Manta. Hoy conoceremos algunos pasajes de su carrera.
Su esencia y su característico estilo convirtieron a Víctor Hugo Gironda en un hombre que rompió esquemas. Gracias a su habilidad con los instrumentos, el músico atravesó fronteras llevando las melodías andinas de Bolivia por el mundo. Modestamente cuenta que en 35 años de trayectoria no recuerda cuántos discos grabó. “No tengo la cuenta, pero deben pasar los 40 discos. Grabé con Música de Maestros, Kollamarka, Alaxpacha, Llajtaymanta, Siempre Mayas, Enriqueta Ulloa, Zulma Yugar y otros grandes de la música. Tuve la suerte de trabajar con buenos artistas y eso me llena mucho”, dice el artista.
LG: ¿CUÁNDO EMPIEZAS EN LA MÚSICA?
VH: Más o menos empiezo por julio de 1979 haciendo música folclórica. Tenía un grupo que se llamaba “Agrupación Sin Fronteras”, tocábamos en las peñas como Nayra, Los Escudos, Marka Tambo. Luego quería incursionar en la música autóctona y en febrero del 81 fundo el Centro Cultural Mojjsa Uma y creo que eso ha sido un cambio trascendental en mi vida, pues he comprendido que hacer música autóctona es la esencia de lo que es nuestra cultura, tocar un kantus, un sikuri de Italake, es fabuloso. Además por herencia, ¿no?, mi padre también tocaba en varias estudiantinas por los años 30.
El año 83 me invitan a Kollamarka para hacer música andina, autóctona y en esos tiempos había un auge sobre la música boliviana en Europa. Esos años varios músicos viajaron ya que en Europa había una buena receptividad. Prácticamente toda la década de los 80 estaba por allá difundiendo la música. Había un grupo que se llamaba Kollasuyuna en Bruselas, Bélgica, con ellos he difundido bastante nuestra música. Ya por los años 90 vuelvo al país y tengo la invitación del director de Música de Maestros, Rolando Encinas, estuve un tiempo y el 2000 tengo otra invitación del grupo Alaxpacha, con ellos estuve casi ocho años. De ahí vuelvo a Kollamarka y en la última etapa creo (sonríe) de mi vida artística decido fundar mi propio grupo Chakana Manta, con un estilo muy propio.
LG: ¿CON QUÉ INSTRUMENTO EMPEZASTE?
VH: Tocaba instrumentos de viento como zampoña, quena, era vientista, cómo cambian las cosas, ¿no? (sonríe).
LG: ¿QUIÉNES FUERON TUS INFLUENCIAS MUSICALES?
VH: Cuando estaba en colegio admiraba mucho a Los Chaskas, Los Payas, músicos que han dado mucho por Bolivia y también era seguidor de Wara.
LG: ¿CUÁNDO EMPIEZAS A TOCAR LA MANDOLINA?
VH: A mediados de los años 80, empecé a tocar un poco por necesidad, pero también por hacerle un homenaje a mi padre.
LG: ¿QUÉ SIENTES CUANDO EJECUTAS ESTE INSTRUMENTO?
VH: Cuando uno es músico, le sale del alma interpretar un instrumento, siento que estoy haciendo un homenaje a toda esa gente linda que tocaba ese estilo de música y sobre todo a mi padre. La mandolina es un instrumento tan especial que a la vez puedes hacer melodía y también puedes acompañar, es único por su sonido, es de origen árabe.
LG: ¿CÓMO SINTETIZAS TU TRAYECTORIA?
VH: Me siento muy feliz, he realizado una carrera que no la pensaba, pero con el tiempo se ha fortalecido. Creo que he roto esquemas porque hay un pensamiento todavía generalizado, que el músico es borracho, mujeriego, tiene una vida muy informal, pero… no es así, cuando uno quiere tomarlo en serio como una profesión puede lograrlo. Es actuar metódica y organizadamente, se puede hacer una vida tranquila. Dejé el segundo semestre de sociología porque me llegó la invitación para ir a Europa y listo, ahí empezó toda esta travesía, hice lo que pensé y lo que soñé.
“EN LOS AÑOS 80 TENER EL CABELLO LARGO NO ERA BIEN VISTO”
Víctor Hugo Gironda Tórrez nació el 10 de marzo en La Paz. Casado y con dos hijos, es hincha de Strongest. Su pasatiempo es el fútbol. “He llegado a las divisiones inferiores del Tigre” manifiesta.
Se define como una persona que rompe esquemas tanto en su vida diaria como en su físico. “En los años 80 tener el cabello largo no era bien visto, te decían maricón, jamás me hice cortar, cuido mi cabello por más de 25 años, siempre me ha gustado el cabello largo”, resalta.
Se identifica con el pescado porque dice que es un animal tranquilo y movedizo a la vez. El mensaje que deja a la juventud es que si se inician en la música lo hagan con compromiso. “No lo tomen como algo comercial, hacer música boliviana es aportar al país y aportar a nuestra cultura”, enfatiza.