El mundo católico celebró el Domingo de Ramos, que dio inicio a la Semana Santa. La ceremonia congregó a miles de fieles, quienes llegaron a las parroquias con palmas para ser bendecidas.
Los fieles revivieron la costumbre de comprar las palmas para recibir a Jesucristo como hace más de 2000 años sucedió en Jerusalén, donde la gente lo recibió con gritos que decían: ¡Hosanna! ¡Hosanna!
Las plazas y las parroquias se llenaron de centenares de peregrinos, quienes hicieron bendecir sus palmas para llevarlas a sus hogares.
En algunas zonas se realizaron misas al aire libre y procesiones, que recorrieron las principales calles de la ciudad para recordar esta fiesta, como sucedió en la avenida Busch de la zona de Miraflores.