23 de marzo de 1879
Luego del alevoso y traicionero asalto al puerto de Antofagasta por tropas chilenas, el 14 de febrero de 1879, algunos pobladores y autoridades de este puerto deciden organizar la resistencia en Calama, allí entre los vecinos de Caracoles hallábase el doctor Ladislao Cabrera, ciudadano animoso y patriota, quien concibió la idea de hacer resistencia al enemigo, aprovechando de la situación ventajosa de Calama, pequeño villorrio situado a orillas del río Loa.
Con grandes esfuerzos y con la rapidez que la situación exigía, pudieron reunir una fuerza de 135 hombres, con un material de guerra bastante pobre: 43 rifles, 47 escopetas, 11 revólveres.
LA INTIMACIÓN CHILENA Y LA RESPUESTA BOLIVIANA
Cuando este grupo de defensores esperaba por momentos el ataque del enemigo que avanzaba impetuoso, se presentó en Calama don Ramón Espech, en calidad de parlamentario chileno, quien propuso al jefe boliviano, doctor Cabrera, la entrega de la plaza, “para evitar la efusión de sangre”. Cabrera contestó que, “estaba dispuesto a defender hasta el último trance la integridad del territorio de Bolivia”.
Entonces, el enviado chileno exigió que se extendiese una acta, lo que se hizo, en el mismo momento.
ORGANIZACIÓN DE LA DEFENSA.
Calama, situada en una planicie de tres kilómetros de extensión, está bordeada hacia el sur por el río Loa, que le sirve de defensa como los fosos a una fortaleza.
Sobre el Loa existían dos puentes, el Topa-ter y el Carvajal,- distantes uno de otro cuatro kilómetros.- Estos dos puentes fueron destruidos, y colocados en los sitios que ocupa-ban dos columnas encargadas de impedir el paso de las fuerzas chilenas.
A Topater fue destinada una columna de 30 hombres, al mando del coronel Fidel Lara, como primer jefe, ciudadano Eduardo Abaroa, como segundo, mayor Juan Patiño, como tercero.
En Carvajal se colocó otra columna a órdenes del teniente coronel Emilio Delgadillo y de los oficiales José Díaz y Francisco Zúñiga.
Jefe del estado mayor general era el coronel Gaspar Jurado, Comandante en jefe de las operaciones era el doctor Ladislao Cabrera, a quien colaboraban de cerca prefecto del departamento coronel Severino Zapata y el coronel Juan Salinas.
EL COMBATE DEL 23 DE MARZO DE 1879
En la madrugada de este día se presentó al frente de las posiciones de Calama el ejército enemigo. Constaba éste de dos regimientos de infantería, uno de caballería, una brigada de artillería y un cuerpo de montoneros, formando un total de 1.400 hombres. Esta división estaba comandada por el coronel Emilio Sotomayor.
A las 7 de la mañana del 23 de marzo de 1879, la división chilena acabó de descender de las colinas situadas sobre el camino de Caracoles, e inmediatamente emprendió el ataque a las posiciones bolivianas por tres distintos puntos. Abaroa y su grupo tenían la misión de impedir el avance del enemigo por el sector del puente Topater. Luego de ardua resistencia se impuso el número superior de hombres y la calidad de armamentos y en una lucha desigual la resistencia es diezmada, Abaroa cae herido, aún así sigue luchan-do y cuando le intiman rendición, responde con gallardía: ¿Rendirme? ¡Que se rinda su abuela, carajo! Repercute una descarga de fusiles de la compañía chilena dando fin a la vida del valeroso defensor del territorio y la soberanía boliviana.
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