Otro aporte valioso

Prosiguiendo con mi revisión de los aportes de este prolífico intelectual boliviano: Fernando Molina, me topé con una pequeña joya, cuyo título es: “La trayectoria teórica de Antonio Negri – De Marx al radicalismo posmoderno”, que tal como el título lo enuncia es una revisión de las ideas de Marx, que parecería seguir teniendo influencia en nuestra política, al haberse declarado uno de los principales teóricos del gobierno actual como marxista-leninista.

Marx que concibió su interpretación de la evolución histórica de las naciones en el período de la fase inicial de la revolución industrial, como resultado de la lucha de clases entre aquellos que detentan la propiedad de los medios de producción y los que realizan el trabajo mediante el cual aportan a la formación de riqueza, la cual en su plusvalía es apropiada por los propietarios, generando las “clases sociales” y con ellas la lucha de clases, como un motor de la Historia. Es al mismo tiempo el centro de la explicación que traslada la economía del ámbito local y nacional al internacional, razón que permite explicar que los “imperialistas o países desarrollados” se apropian del trabajo de los países subdesarrollados o en desarrollo” para su propio beneficio.

Sobre este punto de partida -una explicación por supuesto muy general-, Negri va evolucionando en el tiempo, para explicar el comportamiento de las sociedades basadas en causas económico-estructurales”, para encontrar otras razones metafísicas, es decir, esencialistas en la naturaleza humana”.

Según nos explica en su inicio Molina: “Marx asienta el cambio sobre un proceso estructural y le proporciona un fundamento materialista, a diferencia de otros pensadores, anteriores y contemporáneos a él, que buscaban transformar la sociedad por razones éticas y políticas, es decir por “idealismo”. Por ello, por muy espantoso que fuera el Estado y su función disciplinaria y de control, por ejemplo, no tendría caso plantear su eliminación mientras no se hubieran generado las bases materiales de una alternativa, o sea una comunidad capaz de fijarse espontáneamente límites a sí misma”.

“La pregunta que sigue es: ¿Qué se observó empíricamente, después de Marx? Pues que el capitalismo se extendía, pero a pesar de eso el proletariado no se multiplicaba más allá de un límite; que en lugar de empobrecerse aumentaban sus ingresos, en parte porque la inversión masiva no desplomaba la tasa de ganancia (enriquecía a la sociedad en lugar de pauperizarla); y que, en consecuencia, los ciclos adquirían un comportamiento errático”.

La respuesta de Negri a esa aparente contradicción es “porque sus organizaciones han forzado al capital a ampliar la base de sus inversiones sin aumentar su composición orgánica”. Citando a Negri: “El desarrollo y la crisis actúan en un unísono dialéctico, para presentar una imagen de un capitalismo obligado continuamente a reinventar y reconstruir el equilibrio de fuerzas, obligado continuamente a buscar el conflicto y la confrontación como el medio por el cual reactivar el ciclo económico. Los mecanismos para reactivar el ciclo se hallan completamente en el nivel político. Así es como es restablecida la ganancia; de aquí en adelante se vuelve dependiente únicamente de las funciones políticas del capital”.

Se concluye que este es el punto de inflexión de una trayectoria que sale de Marx, pero se aleja de él, siguiendo un itinerario entonces desconocido.

De toda esta nueva interpretación surge que “la sociedad moderna avanza, aunque sea a pesar de sus capas superiores, que solo se mueven para adaptarse a la presión que surge desde abajo, de las capas más profundas y dinámicas de la humanidad”.

Para concluir, en este resumen extremo, el materialismo histórico utilizado por Marx es solo una fase de la interpretación del comportamiento de las sociedades en su avance hacia nuevas formas de organización política y social.