El pueblo boliviano sufre y lamenta sinceramente lo que está ocurriendo en el sistema lacustre del país, vale decir la desaparición de lagos y lagunas, más por desidia de las autoridades estatales que por los factores climáticos que se presentaron en años recientes.
Se tiene un verdadero rosario de la “muerte” de grandes lagos, como la desecación del Poopó, que no solo significará la desaparición del lago en sí mismo, sino afectará a las poblaciones vecinas que aprovechaban de los beneficios propios que ofrece un reservorio de esa naturaleza. Pero ese no es el único caso, a él se suma otro de gran envergadura, que es el peligro de gran contaminación y reducción de su volumen del lago Titicaca, dos factores que, pese a su gravedad, no merecen la atención de los mecanismos estatales encargados de su atención y cuidado permanentes.
Otros lagos y grandes lagunas también están en peligro de desaparición o ya han desaparecido. De forma inmediata se tiene la laguna Alalay, que existe junto a la ciudad de Cochabamba, la misma que se va extinguiendo y que al ser contaminada masivamente no permite la sobrevivencia de la fauna piscícola, como ocurrió semanas atrás. Al respecto, la desatención de esa laguna podría causar su extinción.
Cochabamba es el departamento más afectado por la desaparición de importantes lagunas que antes permitían un clima favorable a las precipitaciones pluviales que hicieron de ese distrito el “granero del Perú” e inclusive llenaba los depósitos del imperio Incaico. En ese valle hace tiempo se secó por completo la laguna Guanacota en la región de Tarata y ese acuífero ahora se ha convertido en un campo desértico e invadido por agricultores que se dedican a una agricultura precaria. Otra importante laguna de Cochabamba con grandes dificultades es la de la represa de La Angostura que sufre una extrema sedimentación, por un lado, y carencia de agua, por otro.
Entre otras importantes reservas ya desaparecidas está “La Laguna” de los primeros años de la Nación, a cuyo lado sobrevive la localidad de Padilla, que servía para regar una de las zonas agrícolas más ricas del país y cuya producción abastecía el sur del país. Se debe agregar la extinción de vertientes, arroyos, glaciares, etc.
Finalmente, un caso lamentable es el desecamiento paulatino de la laguna Colorada en el sur de Potosí, cuya belleza y originalidad son la atracción de grandes núcleos turísticos y a la vez sirve para la ganadería, existencia de gran variedad de aves, etc. Todos esos valores naturales están en desaparición ante la complacencia de centros sociales, amén de las autoridades estatales.
En forma general se observa que la riqueza nacional en lagos y lagunas está en proceso de notable destrucción (a veces deliberada) y hasta desaparición, lo cual significa la debilitación de la existencia de los recursos naturales tan venidos a menos.
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