Negativos indicadores financieros

Al parecer, continúan presentándose a diario nuevos indicadores económicos negativos que no dejan de preocupar a la población así como a diversos sectores sociales del país, mientras que en esferas oficiales o bien se mantiene un prolongado silencio o se trata de cubrir esos problemas con ofertas optimistas de diverso tipo.

En recientes días la prensa registró varios hechos y no uno solo, que afectan la economía y a la perspectiva política del país. Las informaciones oficiales muestran visible deterioro en aspectos relacionados con la producción, el intercambio, las reservas monetarias, las inversiones e inclusive presiones de tipo internacional que permiten ver negros nubarrones más a corto que a largo plazo.

Entrando a datos concretos, un recuento de informaciones ofrece signos poco alentadores. En primer lugar, el Banco Central de Bolivia, por medio de su Presidente, reveló que la inflación llegará hasta el 5 por ciento, superando en forma notable la que se produce en este año y que giró alrededor del 3 por ciento, atribuyendo ese aspecto a “un incremento en la inversión pública”.

De otro lado, también el Banco Central informó que las Reservas Internacionales netas (RIN) se redujeron en 2.066 millones de dólares, y que únicamente alcanzan al 39 por ciento del producto interno Bruto (PIB), reducción atribuida a la caída de los precios de las materias primas de exportación del país, en especial los hidrocarburos.

Otro aspecto de consideración proviene de otra información del Banco Central. Destaca la caída de las exportaciones nacionales, punto acerca del cual indicó que en el año 2015 esa entidad concluyó con más de 1.643 millones de dólares de déficit en la cuenta corriente de importaciones, lo cual afectó la balanza de pagos, que es un registro de todas las transacciones comerciales producidas entre el país y el resto del mundo en determinado período.

De manera específica, el BCB mostró que las exportaciones en 2014 sumaron 12.301 millones de dólares, mientras el año 2015 la cifra bajó a 8.302 millones de dólares, resultado de la caída de los precios de las materias primas así como de la producción interna, problema que sería atenuado por maniobras monetarias como contraer la liquidez y permitir que “los consumidores tengan acceso directo sobre todo a bienes de primera necesidad que son los que primero deben ser afectados con la inflación”, según la autoridad bancaria.

A esos factores se suman otras dificultades, como el fracaso de la perforación en Lliquimuni (que significó una pérdida de alrededor de 200 millones de dólares), el descenso de las remesas desde el exterior, fracaso en algunas obras públicas por empresas chinas, la crisis climática que causa una seria sequía en la zona interandina, granizadas, heladas, inundaciones, etc., que en conjunto perfilan que, pese al optimismo oficial, se irá agravando la época de las vacas flacas.