Atentando a la seguridad nacional

El desplome de nuestras instituciones resultó un desastre, al doblegarlas y hacerlas funcionales al gobierno del movimiento socialista, fiel reflejo de esto, el Congreso Nacional tan desalentador está sumido en el servilismo. Al no existir un órgano independiente que fiscalice, investigue y sancione el desempeño de los primeros mandatarios, cada vez que estos sobrepasen los límites jurídicos legales de desafuero o incurran en “delitos de lesa Patria”.

Como un hecho maledicente que se repite, cada vez que un “mandatario” asiste a toda concentración campesina, cuyo afán es capturar la condición ingenua de estas agrupaciones. Destila hiel en sus peroratas, aguijoneando que los opositores (los karas) se adueñarán y les quitarán sus casitas, sus terrenitos o chacras, sus ganaditos, no podrán ingresar a las ciudades, volverán al pongueaje y la esclavitud y otras infamias, tan parolero que glorifica ver a “Bolivia indianizada”; instiga, incita, alecciona y solivianta, seducción que muchos no le creen; persuadiendo insistente que “yo no miento, nunca he mentido, no me gusta mentir”, un despropósito arrogante que tampoco le creen. Son los dirigentes, adeptos y otros que exacerban su furia procaz e insolente, “Lo pacífico ya pasó, ahora es revolución con sangre y muerte, amenazantes, ellos o nosotros”, algunos sin titubeos demandan armas y munición. ¿Sera una subversión o sedición?

Suponemos que el odio inexplicable a su propia clase, motiva los constantes insultos, ofensas al kara, a quien hay que minimizarlo, empobrecerlo y destruir su alma, Tesis (Emancipación y Contra Hegemonía en Bolivia), o recordando a los cruceños (media luna 2.006) que fueron objeto de injurias e insultos ofensivos, oportunidad en la que el ex canciller Marcelo Ostria T. le replicó, (¿Ud., fulano de tal, hablando de ética y moral, usted?), (¿no recuerda sus muchos delitos delincuenciales y criminales?), citando además otros adjetivos (Semanario “AIRA” 15-02-09). Diez años ejercitando esa tendencia de dividir al país, que ya lo consiguieron, amparado en el paraguas de la mentira y engaño confronta al país, tan patético que muchas personas lo llaman “el genio tenebroso”, el anti Cristo, Mefistófeles, el terrible asesor del rey.

El insaciable y obstinado interés de permanecer en el poder, radica en el entorno inmediato de Morales, artífices de las estratagemas de opciones y salidas (¿segundo tiempo?), y de los peligrosos escenarios de revancha, dolería mucho perder privilegios de poder, ellos ponen en vilo la tranquilidad y seguridad del pueblo, alientan e inducen a grupos sociales pedir revocatoria, sino sale la reelección del 19, sin perjuicio de elaborar algunas trampas y triquiñuelas conspirativas. Por tanta maldad demagógica, ya no sorprende cualquier iniquidad, sea corrupción, tráfico de influencias y/o abuso de poder, manifestaciones erráticas que solo agrandan la crisis desatada, la acumulación de aberrantes hechos, cada vez constituye un atentado contra la Seguridad Nacional y nos acercan más a una “GUERRA CIVIL”.

Vemos con claridad que la democracia, la Constitución, las leyes, el pueblo, les importa un cacahuate, tan seguros de llegar a sus objetivos políticos que no les importa avasallar, violentar y pisotearlas. Se lastima y ofende la inteligencia y conciencia del pueblo, pensando que todos son unos tontos. Ellos van buscando un escenario propicio de limpieza de toda evidencia, pruebas, indicios y rastros que develen muchos más delitos que el pueblo no los conoce, el enriquecimiento camuflado, palos blancos, distracciones económicas, etc., etc. El pueblo ahora no se dejará confundir por los anuncios y propuestas demagógicas que se alejan de la ética y moral.

Los perversos mandatarios que por su indolencia, ignorancia, su nulidad o ambición, no gobiernan creando valores permanentes, y no respetan la practica eterna de la ley, no cultivan la inteligencia y voluntad de las masas, no solo desoyen a su pueblo sino frustran el futuro y las esperanzas (A. Arguedas).

En nuestra historia solo se ve traición y engaño, anarquía y desunión, pretensiones absurdas e indecorosas, confusión, falta de juicio y patriotismo, tanto que nos descuidamos de nosotros mismos y del entorno, admitimos que el enemigo crezca en la casa y nos muerda la mano (A. Arguedas). Conceptos que laceran el alma y hacen brotar de lo más íntimo la indiferencia e indolencia, la ausencia del sentimiento de pertenencia y el sincero amor a la Patria, por esto merecemos el gobierno que tenemos y soportamos la iniquidad, como si fuéramos nosotros mismos.