Todos los países estiman en alto grado las máximas condecoraciones que instituyen en reconocimiento a personalidades que por sus méritos o servicios se hagan merecedoras a ellas, contrariamente, en los últimos años en nuestro país no se ha procedido con sujeción a dichos cánones. El Cóndor de los Andes es la distinción insignia del Estado boliviano. Esto a propósito de la conocida preferencia del primer mandatario, Evo Morales, por el fútbol, deporte de su práctica en el territorio nacional y en el exterior, sin distingo de horario. Por ello ha trascendido en distintas oportunidades su cercanía y amistad con figuras de dicha práctica y con otras sin mayor relieve deportivo. Quizá por lo dicho se explica la imposición del Cóndor de los Andes en Grado de Oficial al flamante presidente de la FIFA, señor Gianni Infantino, apenas pisó suelo cochabambino el pasado día 30.
Hace muy poco tiempo que este personaje asumió al frente de la FIFA y por consiguiente no se le conoce todavía virtud ni tarea alguna que sea digna de semejante distinción, por supuesto mucho menos en relación con el fútbol nacional, que debería ser el referente válido que lo lleve a lucir el máximo emblema del reconocimiento nacional y no sólo el preámbulo de un encuentro entre el Equipo Presidencial y los Amigos de Infantino. ¿Quién financió la visita de este séquito?
Al mismo tiempo, la imposición del Cóndor de los Andes debe estar rodeada de un marco protocolar adecuado y el escenario de un hotel -como informan los medios- no reúne dicha condición. Tampoco el atuendo del receptor con la misma indumentaria informal de viaje hizo honor a la distinción propiamente dicha. Sin duda, fue la primera vez que el Cóndor de los Andes se posa en prendas tan precarias, como también registraron las cámaras de televisión. Que después el presidente de la FIFA hubiese hecho promesas de un evento futuro en Bolivia, es cosa que el tiempo lo dirá. Con todo, el premio debe sujetarse siempre a méritos suficientes y bien ganados.
Siguiendo en el plano futbolero, no ha dejado de impactar la invitación del INRA a tres ex jugadores de la selección nacional para dotarles de 500 hectáreas de terreno a cada uno en Santa Cruz, según la Resolución 001/2015 de dicho organismo que el senador Arturo Murillo habría exhibido a tiempo de formular la denuncia respectiva. Hasta donde se hizo público, se trata de los futbolistas Leonardo Fernández, Berthy Suárez y Eduardo Jiguchi. Solo éste habría empozado Bs. 10.000 por la concesión, suma que equivale a 2 centavos por metro cuadrado, es decir, una ganga.
La denuncia involucra un presunto tráfico de influencias que la inusitada invitación revelaría. Se menciona también que los aludidos serían seguidores del “proceso de cambio”, partidarios del Sí en el último referéndum y cercanos al presidente Morales.
Estas tierras se encuentran próximas a Pailón, a 100 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz y tienen carácter de reserva nacional, destinadas exclusivamente por la Ley 3.545 a comunidades indígenas y originarios.
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