Bogotá.- El hallazgo de una millonaria suma de dinero, al parecer de procedencia ilegal, en un automóvil registrado a nombre del Senado colombiano ha causado una polémica en el país por la sospecha de que las bandas criminales (bacrim) pueden tener tentáculos en el Legislativo.
El descubrimiento lo hicieron el pasado martes soldados del Ejército que en un retén montado en una calle del acomodado barrio de El Chicó, en Bogotá, detuvieron un automóvil gris en cuyo maletero encontraron 614 millones de pesos en efectivo (unos 200.000 dólares), según informó entonces la institución.
Al revisar la documentación del conductor y del vehículo, los militares encontraron que ambos estaban al servicio del Senado de la República, lo que abrió una serie de interrogantes sobre el origen y el destino del dinero que tres días después nadie ha explicado y que ya costó la separación del cargo de una alta funcionaria de la Cámara Alta.
El Ejército informó ese día que, según sus investigaciones, el conductor, Luis Javier Rojas Morera, de 25 años, había sido contactado por una estructura criminal, cuyo nombre no facilitó, para “aprovechar y así movilizar el dinero sin despertar sospechas entre Bogotá y distintos lugares” del país por tratarse de un automóvil asignado al Senado.
Según dijo a periodistas el capitán Hugo Quintero, comandante de una unidad de las Fuerzas Especiales del Ejército que hizo la operación, en el momento de la detención, Rojas intentó sobornar a los militares, primero con 50 millones de pesos (unos 16.000 dólares) y luego con el doble de esa suma, para que lo dejaran ir. (EFE)