En este duro trajín por este valle de lágrimas llamado tierra, ahora nos enteramos de un nuevo intento (pero intento nomás) orientado hacia una “mejora” de la Justicia.
Muchas veces hemos afirmado que la psicología aconseja ver todo con optimismo y dejar a un lado el negativo pesimismo. Pero (cuándo no el pero), como observamos diariamente hace décadas, en este caso de “mejorar” la administración de Justicia, en forma inmediata acude a nuestra mente el sentimiento pesimista. Y en efecto, ya está anunciada una “cumbre” para tratar los temas de retardación de Justicia, “chicanería”, consorcios de leguleyos y jueces, sobornos; y todo sintetizado en una sola palabra: “corrupción”.
PALABRERÍA
Sin el ánimo de ser agoreros, pensamos que esa nueva “cumbre” de la Justicia terminará también como otras tantas, en nada. En esas reuniones serán escuchados tal vez brillantes discursos emitidos por “prestigiosos” (y de los otros) profesionales del Derecho, posarán para periódicos y noticieros de TV; en fin, serán emitidas variadas opiniones y sugerencias para la urgente y mentada “mejora”, pero todo seguirá como hasta ahora: pura palabrería.
CAUSAS
No se necesita haber estudiado en prestigiosas universidades bolivianas o extranjeras para saber que la principal causa para los males en la administración de Justicia está en la educación del hogar. Las universidades nada tienen que ver con el tema de las denuncias conocidas y de dominio público. Las mencionadas instituciones sólo instruyen; es decir, otorgan conocimientos, normas a seguir, leyes y hasta inculcan la “ética profesional”.
Pero este último aspecto (la ética) se derrumba: si el profesional de las leyes proviene de un hogar donde sus progenitores son “muy vivos” (pícaros), el descendiente seguirá esos pasos y verá su situación jerárquica solo como un excelente negocio y no como un servicio a la comunidad. Y si el leguleyo joven ha tenido la ventaja de vivir en un hogar de padres honestos, será un profesional digno de respeto y admiración por pertenecer a una dignísima profesión como es la del Derecho.
CAPITALISMO, SOCIALISMO…
El tema de la corrupción administrativa no es solo preocupación en nuestro país. Diariamente los medios de comunicación informan de hechos ilegales (y hasta escandalosos) con autoría de leguleyos, otros sectores de profesionales y hasta políticos.
Países pequeños y grandes son víctimas de este flagelo. Capitalismo, socialismo, comunitarismo, indigenismo y otros “ismos” existentes nada pueden en su lucha contra la corrupción. La ilegalidad crece en el mundo día a día porque sencillamente la mayoría de los mortales solo busca el dinero: y para ello, hay que ver la forma de conducirlo a la faltriquera, sea cual fuere el método.
HONRADOS E INGENUOS
Y mientras… ¿los honrados, honestos e ingenuos? Ellos tienen que trabajar de sol a sol para mantener a la familia; y en muchos años, ahorrar dinero con muchas privaciones para lograr un techo propio. Pero tienen una ventaja que no la tienen otros (los corruptos), viven con la conciencia tranquila y dejan una herencia noble a los hijos: la honestidad, y eso sí que no tiene precio.
Y para terminar, alguna vez leímos esto: “el elefante deja sus colmillos, el tigre deja su piel y el hombre, deja su apellido”.
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