Brasilia.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, prometió ayer que “luchará hasta el último minuto” para impedir un proceso con miras a su destitución, pero la desbandada en su base de apoyo no cesa y compromete cada vez más su situación.
“Sé que los brasileños están de mi lado y que venceremos esta batalla”, declaró Rousseff en alusión al proceso de votación que comenzará el viernes en la Cámara de Diputados y definirá si el trámite para un juicio político llega al Senado, que tendrá la palabra final sobre el asunto. Para que el proceso llegue a esa instancia, la oposición necesita una mayoría calificada de 342 votos de los 513 posibles en la Cámara de Diputados, que en caso contrario archivará la causa.(EFE)