Altos costos de la salud en clínicas

Es bien conocida la deficiente atención existente en hospitales públicos; por su parte, los servicios de la Caja Nacional de Salud como de las cajas sectoriales también dejan secuela de quejas por parte de pacientes que recurren en pos de servicios médicos. Si a todo este panorama se añade el hecho de que los hospitales públicos no cuentan ni con la infraestructura necesaria y menos con vituallas y equipos modernos para una eficiente atención, el problema es de alta gravedad.

Pero el caso de deficiente atención no solo radica en los servicios de seguridad social u hospitales públicos sino también en clínicas particulares, cuya atención es cara y contraria a principios elementales de humanidad y consideración que se debería observar; pero el caso más grave es de quienes acuden, por ejemplo, debido a accidentes de tránsito que se ven obligados a recurrir a las clínicas más cercanas para atención de urgencia y, cuando se hacen las cirujías y los tratamientos post-operatorios necesarios, los costos son altos que para la mayoría de la población no es posible cubrir.

El problema más patético es el hecho de que muchos pacientes precisan de “salas de emergencia” o, mucho más, “servicios de recuperación” que, en la mayoría de los casos, el costo es de Bs. 5.000 o más por día y, cuando los familiares no cubren los importes anotados en las facturas, corren intereses altos que, día a día, se convierten en parte del capital cobrado y las cuentas suben escandalosamente. No sirven, por supuesto, ni ruegos ni pedidos clamorosos para conseguir descuentos o facilidades de pago; quienes recuren a los bancos para conseguir créditos que permitan cubrir gastos de salud no encuentran eco en la banca que sistemáticamente se niega a abrir créditos. Hay familias que, al no tener seguro o no haber cubierto totalmente el SOAT, se ven precisadas a prestarse dinero.

Este es un grave problema que propietarios de clínicas deberían estudiar y considerar situaciones que a diario se presentan en todo el país debido a que abundan los accidentes de tránsito que arrojan heridos con alta o mediana gravedad. Por su parte, las autoridades de salud deberían ver el caso con los propietarios de clínicas con objeto de que el uso de la medicina no sirva para conseguir enriquecimientos excesivos. Nadie duda que clínicas y hospitales precisan serie de servicios y equipos para atender enfermos, pero no es posible el abuso dada la necesidad y mucho más de quienes no poseen medios para sufragar gastos elevados.

El caso de los hospitales públicos y de los servicios de seguridad social conjuntamente las clínicas, es prueba más que suficiente para que el Gobierno se preocupe por construir hospitales, munirlos de vituallas y equipos y contratar personal médico y auxiliar que esté acorde con las urgencias y necesidades de pacientes que claman por un mínimo de humanidad, equidad y caridad.