Hace 50 años, pocos empresarios y organizaciones hablaban de “marketing”, hoy es un término esencial en la estrategia de la empresa. Hace 20 años escasos empresarios consideraban importante el respeto al medio ambiente. En la actualidad es un elemento central en su actividad. Hace menos de una década conceptos como “ética de la empresa”, “Responsabilidad Social Corporativa” eran apenas un conglomerado de ideas abstractas estudiadas por unos pocos investigadores universitarios, en virtud a que el sector privado no le daba una aplicación práctica, una utilidad en términos empresariales.
Hoy tanto las organizaciones económicas como el pragmático sector privado no solo entiende la utilidad de aplicar criterios éticos a sus decisiones sino también lo necesario que el hacerlo resulta, para la continuidad y desarrollo a largo plazo de sus negocios.
Los antecedentes históricos de la RSC se remontan a siglos pasados y se encuentran en los propios orígenes de las organizaciones. Desde muy antiguo éstas conjugaron capital y trabajo para generar riqueza y beneficio, aunque en el camino los abusos sobre los trabajadores fueron notorios. Debemos recordar las condiciones de explotación a las que los trabajadores se vieron sometidos en el periodo de la Revolución Industrial, por no remontarnos a épocas más lejanas en donde la esclavitud fue la base de la economía. Pero fue precisamente en tales entornos de dureza extrema donde surgieron líderes empresariales que actuaron para cambiar las cosas.
Durante los últimos años el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha tomado una creciente importancia a nivel internacional, pero al mismo tiempo ha generado un fuerte debate sobre los alcances e implicaciones, debido a la aparente dificultad de cómo poder llevar a la práctica un concepto que incide de manera directa en la imagen de la empresa en la sociedad, con el consiguiente riesgo reputacional, todo dentro de un entorno de negocios globalizados en el que se han incrementado las demandas sociales sobre el papel desempeñado por las empresas, el impacto de sus actividades en la sociedad y en el medio ambiente.
Este nuevo enfoque en la manera de hacer negocio ha hecho replantear los esquemas tradicionales de gestión empresarial, propiciando la gerencia del cambio organizacional basada en los planteamientos de la “Responsabilidad Social Empresarial”, haciéndolos coincidir con el objetivo fundamental de convertir la empresa en un motor de desarrollo económico, pero de manera ética y socialmente responsable, sin priorizar el beneficio o la utilidad económica de la inversión sobre aspectos reprochables desde un punto de vista social.
En nuestro país se torna prioritaria la promulgación de una Ley sobre “Responsabilidad Social Empresarial” cuyo alcance normativo, sea aplicable a todo tipo de empresas de diferentes rubros. Es importante que la RSE en lo que respecta a buenas prácticas al interior y exterior comience por implementarse en las Empresas Públicas o Estatales y posteriormente se irradie su cumplimiento también a las Empresas Privadas, que en la práctica se muestran como las más entusiastas en su implementación.
Regular a aquellas empresas que comercializan o venden productos como tabaco, alcohol y otros, que efectúan campañas publicitarias para difundir sus productos bajo el argumento de dar cumplimiento a la RSE, cuando en realidad aplican una estrategia de marketing encubierta que más bien genera confusión en la población; porque estas empresas buscan vender sus productos sin importarles los efectos nocivos para la salud de sus clientes y sin asumir ningún tipo de corresponsabilidad en el tratamiento o resarcimiento por los daños causados en la salud de sus consumidores.
Por otra parte es necesario que la Ley de RSE, premie las buenas prácticas relativas a incentivos fiscales que hagan atractiva la inversión social, vale decir que aquellas empresas que contribuyan con labores sociales se beneficien indirectamente con la reducción de impuestos.
Estos además de otros factores, hacen que sea necesaria la promulgación de la Ley de Responsabilidad Social Empresarial en Bolivia, sería útil trabajar en la transversalización de los conceptos sobre RSE en todos los ministerios y ante las autoridades competentes, para que de esta forma cada una de estas instancias, puedan ejercer adecuadamente un control en los diferentes sectores de la economía. Es más, sería recomendable incluso la creación de un Viceministerio de Responsabilidad Social Empresarial que armonice las normas, liderando el proceso de su implementación, para que la RSE se operativice en los sectores públicos, privados y mixtos del país.
El autor es abogado.
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