En la gestión 2015 su sistema de generación eléctrica fue muy poco contaminante. Veamos un poco cómo hace Costa Rica (CR), país centroamericano que no tiene producción propia de petróleo ni gas. Está apostando fuertemente a fuentes alternativas de energía limpias, con el alto coste que significa impulsar políticas de ese tipo. Un dato importante: entre 2006-2013 atrajo más de USD 1.700 millones para financiar proyectos de energías renovables. CR es, sin duda, un líder regional en la implementación de políticas a favor de las energías renovables, ello gracias a su potencial en agua y su exquisito marco jurídico atractivo para inversiones.
Aunque de momento su matriz energética es: 75% de la oferta energética (lo que utiliza CR) proviene de hidrocarburos importados; de manera que tiene una alta y costosa dependencia de (combustibles, gas) de fuera del país.
Su fortaleza: CR es rica en recursos naturales renovables con potencial utilización para energías alternativas que podría independizarla del petróleo/gas externo. Internamente no se hizo exploración a escala, cabalmente por su fuerte visión ambientalista. Y las que se hicieron en décadas pasadas no fueron exitosas en búsqueda de petróleo/gas.
Esa dependencia externa de CR puso en alerta a los líderes del país porque están sujetos a los precios internacionales del petróleo. En éste momento, sin embargo, los bajos precios han debido aliviar muchísimo las finanzas de CR en cuanto a pagos de petróleo/gas externos; sin embargo el no ser un key-player en la economía del gas o petróleo hacen de CR un mero consumidor que sujeta a sus ciudadanos a pagar tarifas que unas veces son altas. Por ello su apuesta fuerte a las alternativas.
CR es parte del programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética implementado por la cooperación de Alemania para fomentar una matriz limpia en la región.
La competitividad industrial de CR es importante: ello se demuestra con el crecimiento del consumo eléctrico y el obvio incremento del parque automotor. Es una economía que funciona bien ¿imaginan a CR con el gas de Bolivia o con el petróleo de Venezuela? Podría haber crecido en niveles sorprendentes. Su alto nivel de democracia, respeto a la libertad y a la institucional, sumada a sus campañas de eficiencia energética hacen de CR un país de destino de inversiones externas y de instalación de compañías e industrias de nivel.
CR tiene la posibilidad (aún costosa) de producir biocombustibles (bioetanol/biodiesel) desde productos agrícolas (caña de azúcar, yuca y palma africana “Jatropha”)
Su mejor fuente de generación eléctrica es el agua: hidroeléctricas aportan 80% a la matriz energética. El alto grado de eficacia de sus hidroeléctricas Cachí, Arenal, Angostura y Pirrís demuestra aquello. Sólo el 5% es generación eléctrica térmica (petróleo/gas). También generan electricidad vía geotermia (10%) y eólica (4%) y están dando pasos para la generación solar.
En la parte de hidrocarburos, per se, cuentan con instalaciones portuarias petroleras operando para importación de hidrocarburos en el Atlántico; además de contar con capacidad de distribución interna en un millón de barriles adicionales realizando upgrades y mejoras en oleoductos. Urge que aumenten su capacidad de refino (a 100 000 bbl/día) para, de todas formas, tener al día su capacidad de recepción y refino interno.
No descarto que en algún momento CR tenga proyectos a escala de LNG (gas natural licuificado) para continuar creciendo. Es un país altamente confiable para inversionistas, debe darles las mejores condiciones de energía (electricidad/gas) y el LNG no deja de ser un tema importante. Ya la presidenta Laura Chinchilla (2013) exploró un tanto el tema. El LNG no “choca” con la visión de CR de generar energía limpia. Ya hay una propuesta (Dr Altmann Ortíz, 2013) que considero muy realista: CR necesita LNG para electricidad cuando la generación hidroeléctrica esté “floja” (febrero, marzo y abril) y para ello un perfil de proyecto para construir una planta de regasificación LNG (en Moín, Limón) para atender: hasta 3 unidades de tanqueros (de 160 000m3c/u de gas).
CR con el gas continuará con su meta de ser un país “carbono-neutral” (2007) teniendo la visión de ser autosuficientes para su bicentenario (2021). Dar este paso implica mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI dióxido de carbono) a través de sustituir petróleo por energías limpias (entre ellas gas).
Hay, inclusive, un convenio entre CR y Bolivia para que CR ayude a Bolivia -un país gasífero- en asistencia técnica, formación de recursos humanos e identificación del potencial geotérmico en Bolivia. Así de bien están en CR que no tienen gas y se dan el lujo de asesorar a quienes dispusieron de ingresos del gas en maneras muy cuestionables.
Bien por Costa Rica, van en pasos seguros a la eficiencia energética.
El autor es consultor del sector privado, sigue sus análisis en Twitter: @bguzqueda
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