La mayoría de los políticos masistas no tienen otra forma para expresarse que agrediendo. El oficialismo es dueño de un vocabulario de chichería contra lo que no se puede responder nada porque aturrullan a cualquiera profiriendo gritos atávicos y ademanes hostiles. Esto es resultado de la mala educación que existe en la mayoría de los hogares y en las escuelas urbanas y rurales. No se puede culpar a una persona o a un Gobierno, porque quienes llegaron al poder surgiendo desde los cocales, las minas, sindicatos, y de las “organizaciones sociales”, no conocen otra forma de expresión.
Que S.E. lance algunos exabruptos contra los opositores o contra dignatarios extranjeros, no produce mucho escozor en los personajes de la oposición, ni tampoco se sienten muy ofendidos los extranjeros. Saben que S.E. a veces no quiere decir lo que dice, y que, por falta de un vocabulario más preciso, utiliza mal algunos términos y se confunde. Eso sucede también entre sus parlamentarios, donde unos son mudos y otros, los que hablan, causan terror. Lo precedente, por tanto, tiene una razón que está en la nula ilustración de los miembros del aparato gobernante.
Lo que realmente asombra es la paranoia súbita que ha conmocionado el caletre del Vicepresidente, en especial después del último referéndum. Delicado, atildado, gentil, lector, de buen hablar, mezcla de sociólogo y matemático, de pronto se ha convertido en el sujeto más agresivo y feroz. Actúa de preferencia frente a esposas e hijos de trabajadores, señalando al enemigo. Hay momentos en que alucina y se queda absorto mirando en lontananza, con aire espiritual, imitando al compadre Palenque. Y de golpe arremete con su verbo despiadado y mendaz, haciendo añicos, sin piedad, a quienes aborrece. Con su discurso ora energúmeno ora zalamero, está creando odios terribles entre indígenas, mestizos y blanquiñosos, que a este paso se van a detestar eternamente.
El Vice se ha convertido en el gran defensor de S.E., al extremo de implorar que recemos por él, como si se tratara de Dios. ¿Se reirán de esas alabanzas los propios masistas? ¿Pensarán, también, que está alucinando este moderno padre Las Casas del Siglo XXI? Porque ha resultado un apasionado paladín de los indios, desplazando al propio Choquehuanca, al único indio verdadero del gabinete. A falta de piel oscura hace terrorismo verbal. ¿Qué pretende el Vice? ¿Cree que ese es el camino hacia la sucesión? Porque ganas de irse de la política no tiene, y en Bolivia siempre suceden cosas raras.
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