Apropiación de las aguas del Silala

7.- Bolivia con todo su derecho sigue reclamando a Chile el pago por las aguas tan arbitrariamente usadas, pero el país vecino no quiere pagar, mañosamente su Cancillería para eludir los pagos argumenta que el Silala es un río y que el contrato de Bolivia con la Ductec SRL no lo reconoce porque desconoce los derechos de la República de Chile, afectando a su participación en las aguas del Río Silala. ¿Cómo va a ser un río si para formar una acequia tuvieron que encauzar muchos bofedales? Eso a primera vista demuestra que no es un río, si lo fuera, ¿podemos creer que cuando la Prefectura de Potosí en 1908 adjudicó las aguas del Silala a la Railway SRL, Chile con su fuerte poder militar hubiera tolerado la adjudicación unilateral de esas aguas al co-dueño Bolivia?

8.- Ciertamente se hubiera opuesto de manera rotunda, recordemos la conducta que observó en el caso del desvío del río Lauca en 1962. El Lauca si verdaderamente era un río internacional, Chile escudado en su fuerza militar lo hizo nomás desviar. Otra cosa hubiera sido si Bolivia contaba con una Fuerza Armada no del tamaño del gigante militar chileno, ni falta que nos haría con el soldado boliviano tan aguerrido y tenaz, como ha demostrado en la Guerra del Pacífico…

9.- Sin mostrar energía, Bolivia en los últimos tiempos está reclamando por el prepotente uso de las aguas del Silala, pero a los gobernantes chilenos poco les importa ser vistos en América y el mundo como aprovechadores de los recursos de un país débil; poco les importa el honor de su país, que pese a ser tan desarrollado y rico, se puede decir que estafa a Bolivia, que difícilmente se desarrolla por la carencia de un puerto soberano al Pacífico.

El 14 de mayo de 1977, la Prefectura de Potosí revocó la Concesión de 1908 y el 20 de junio de 1977, esta revocación fue elevada a rango de Decreto Supremo, mas pese a estas disposiciones legales las aguas del Silala continúan fluyendo a Chile; la Prefectura de Potosí se siente impotente por falta de valor y coraje para hacer cumplir estas disposiciones legales. Es el colmo la falta de imaginación, creatividad y valor para tomar los recaudos necesarios para que las aguas se queden en el suelo patrio.

10.- Ante los insistentes reclamos de nuestra Cancillería, finalmente Chile se aviene a pagar la mitad por las aguas del Silala, ya que ellos consideran al Silala como un río internacional y sólo por el tiempo actual y no con carácter retroactivo y con tarifa fijada por ellos. Al aceptar esta transacción, implícitamente Bolivia reconocería que el Silala es un río, lo que no debe ser. Chile con su táctica de dar largas a las negociaciones pide 4 años para determinar si el Silala es o no un río, pero para esto bastaría una pequeña comisión mixta integrada por geólogos y topógrafos que con los instrumentos modernos ejecutarían el trabajo de búsqueda de los nacimientos de las aguas y lo harían en pocos meses.

Mientras tanto Bolivia, mejor dicho Potosí, el departamento más pobre, sigue dando sus aguas gratuitamente a un país rico, nada menos al enemigo de siempre: Chile. Si tuviéramos gobernantes más patriotas y audaces, esto tendría otro cariz. Veremos qué nos depara el futuro en este asunto.

Del libro de próxima aparición “El atraco de la oligarquía chilena al Litoral boliviano”.