La posibilidad -casi seguridad del oficialismo- de que La Paz finalmente cuente con petróleo y gas, ha quedado en nada porque luego de haberse perforado más de 4 mil metros, se perdió toda posibilidad de que Lliquimuni contenga petróleo o gas y ni siquiera se ha logrado extraer agua.
Según estimaciones, todo el operativo que se inició el año 2014 habría tenido un costo de alrededor de 540 millones de dólares que, prácticamente han sido perdidos. Las operaciones estuvieron a cargo de YPFB y la empresa petrolera venezolana que, ante la conclusión del fracaso, sólo atinan sus ejecutivos a mover la cabeza y mostrar que todo fue inútil. Lo cierto es que las esperanzas se convirtieron en frustración. Por supuesto, para realizar los iniciales trabajos se procedió al desmonte de muchas hectáreas poseedoras de ricas maderas.
Es muy extraño -extrañeza que, en grado extremo, debe ser del Gobierno- que ni YPFB ni la empresa venezolana no hayan realizado los estudios previos y no enfrascarse en trabajos que significaron la perforación de más de 4 mil metros y terminaron en un resonante fracaso. Se entiende, por principio, que todo trabajo de perforación para conseguir petróleo y gas es de riesgo y para iniciarlos se realizan serie de estudios técnicos muy serios; pero, los resultados muestran que poco o nada se hizo en pos de establecer, en los primeros dos mil metros de perforación, la inutilidad de una búsqueda que resultaría vana.
Posiblemente, habrá un informe pormenorizado por parte de YPFB y PDVSA sobre lo realizado, costos de las operaciones y otros detalles que tanto el gobierno como todo el Estado conformado por la comunidad nacional tienen el derecho de conocer y, además, la empresa estatal deberá estudiar el caso con detenimiento para obrar con mayor eficiencia y responsabilidad en la búsqueda de petróleo que no es lo mismo que perforar pozos en busca de agua.
Conforme a datos de la empresa del petróleo, las operaciones en Lliquimuni estuvieron a cargo de la empresa china Sinopec y, además, cabe anotar que la misma empresa estaría cumpliendo labores de exploración sísmica en la región de la Amazonia, con una afectación sobre 59 comunidades indígenas. El caso no deja de ser preocupante dado el antecedente que se deja con el caso Lliquimuni.
Es muy importante que YPFB aclare debidamente todo lo ocurrido y, sobre todo, que en el futuro tome las previsiones necesarias y precisas para evitar fracasos que cuestan mucho dinero al país y que son irrecuperables. El Gobierno deberá tener en cuenta la experiencia y adoptar las medidas que corresponda porque el país no está en condiciones de realizar inversiones que terminen en fracasos.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |