Presentó su obra “Democratizar el Estado”
Dos abarcas gastadas cubren parte de los pies de un campesino. Claramente se nota que está sentado en una de las laderas de la ciudad de La Paz, observando los edificios, las calles, los autos, la gente de los que ahora se siente parte.
Esa es la imagen de portada del libro de Iván Finot, “Democratizar el Estado a 25 años de una propuesta de descentralización para Bolivia”, obra que analiza todo el proceso de separación de la administración del Estado central hacia los departamentos y municipios y que incorporó plenamente a la población rural al Estado boliviano.
EL DIARIO conversó con el autor de este libro, quien explicó que tomando en cuenta los motivos y objetivos de esta nueva obra, realizó un análisis de la realidad nacional en lo político, social y económico. Su principio: el proceso de descentralización de 1994 fue el comienzo del empoderamiento de una clase relegada como era el campesinado o la población rural que desde el 2005 participa de forma activa en la vida política del país.
ANTECEDENTES
Finot recuerda que “en 1994 los municipios eran solo urbanos, en tanto las poblaciones rurales eran ajenas a este tratamiento, por lo que tenían otra autoridad local, era el Corregidor. El sistema provenía desde la colonia”.
Cita estos antecedentes porque en la primera edición de su libro, hace 25 años, se planteaba ampliar la jurisdicción de los municipios hasta la sección de provincia, para incorporar toda la población rural y que estos sean considerados plenamente como ciudadanos, así como eran consideradas las personas que vivían en las ciudades.
Otra propuesta de Finot era transferir a los municipios la infraestructura de educación y salud pública y los caminos vecinales de los sistemas de riego locales. Otro aspecto también importante era asignarles impuestos propios que no tenían, como son el impuesto a las movilidades y planteaba que se cree un sistema de transferencias de coparticipación de los impuestos nacionales.
“Esas eran propuestas en 1990, de un libro de doctorado; felizmente, en 1993 los políticos de la época, hablamos de Gonzalo Sánchez de Lozada y sus colaboradores, hicieron suya la idea y la llevaron a la práctica, a la realidad”, afirma Finot.
En esa época, en enero de 1993, se aprobó en la Cámara de Senadores un proyecto de ley por el cual se descentralizaba a todos los departamentos, pero el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) se oponía completamente a toda descentralización, porque temía que hubiera separatismo. “Entonces, encontraron en este libro una alternativa de descentralizar, no a los departamentos sino a los municipios. Un nuevo municipio que incluya a la población rural”, agrega el autor.
RUMBO A LAS CIUDADES
Para Finot, la puesta en vigencia de la Ley de Participación Popular fue el inicio de un nuevo proceso político, social y administrativo en el país, a cuya sombra surgió el Movimiento Al Socialismo (MAS). “La población rural irrumpió en las ciudades de Bolivia y prácticamente en la política boliviana y en este fenómeno el MAS es la demostración concreta de ese hecho, porque cuando se aprobó la Ley de Participación Popular las Federaciones del Trópico de Cochabamba de cocaleros decidieron presentar candidatos a alcaldes, aprovechando justamente esa Ley. Y así ganan los candidatos del MAS, que se presentaron con la sigla de Izquierda Unida, pero ganan”, argumentó Finot.
Otro aspecto que se destaca en este proceso –según Finot– es la creación en el Parlamento de los diputados uninominales, con la característica de que tienen que ser elegidos por el voto directo de la población. Aprovechando esta nueva modalidad legislativa, varios representantes de sectores campesinos candidatean y son parte del Parlamento nacional, como directos representantes de sus regiones rurales. En esas circunstancias tal era el caso del actual presidente del país, Evo Morales.
“Lo que ocurrió con la Ley de Participación Popular fue la irrupción del mundo rural, campesino indígena, en la política boliviana, porque hasta antes de eso estaban marginados. Pero, al incluírselos surgió el llamado ‘Instrumento por la Soberanía de los Pueblos’, que está justamente integrado por todas las organizaciones campesinas e indígenas y de ahí emerge el MAS. Todo esto es consecuencia de la Ley de Participación Popular”, sostuvo Finot.
SOBRE EL AUTOR
Iván Finot realizó estudios de economía en la UMSA. Siendo dirigente universitario y minero sobrevino la dictadura de Banzer (1971-1978). Cuando realizaba estudios de pregrado fue apresado y exiliado a Colombia.
Allí pudo concluir sus estudios de pregrado y obtener una maestría en la Universidad de los Andes, esta última gracias a una beca del Convenio Andrés Bello. Posteriormente, realizó en Francia estudios avanzados en Administración Pública y en Ciencias Políticas y Sociales, gracias a una beca del gobierno francés.
Como funcionario de carrera del Ministerio de Planificación, llegó a ser Subsecretario en el gobierno de Siles Zuazo (1982-1985). Posteriormente, trabajó como consultor (período durante el cual escribió la propuesta que se reedita) y entre 1994 y 2007 se desempeñó como Experto Principal en Descentralización de la Cepal. Un texto que escribió allí sobrepasa, actualmente, las 100 000 bajadas por internet. Al presente, Finot se desempeña como investigador y docente invitado.
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