Sondeo en Brasil
• El Senado designó a 21 integrantes de la Comisión que decidirá si se abre juicio a Presidenta
Sao Paulo.- El 62% de los brasileños apuesta por nuevas elecciones presidenciales para superar la crisis política en el país, según un sondeo divulgado ayer.
De acuerdo con el estudio, realizado por el Instituto Ibope, más de la mitad de los encuestados quiere que tanto la mandataria Dilma Rousseff como el vicepresidente Michel Temer renuncien y que se realicen nuevos comicios.
Por el contrario, el 25% de las respuestas fue a favor de que la jefe de Estado permanezca en el cargo, pero a cambio de que el Ejecutivo llegue a un nuevo pacto con la oposición.
DESTITUCIÓN
Sólo el 8% de los encuestados contestó que la mejor vía para resolver la crisis política es la destitución de Rousseff a favor de Temer.
El sondeo de Ibope también reveló que el 15% de los brasileños considera que un sistema de gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático, mientras que el 40% aseguró que la democracia es la mejor opción.
La presidenta de Brasil se encuentra amenazada con la posible apertura de un juicio político destituyente, cuyo trámite fue aprobado hace una semana por la Cámara de Diputados y están ahora bajo la jurisdicción del Senado.
La encuesta, con un margen de error de dos puntos porcentuales, fue realizada entre el 14 y 18 de abril, cuando se entrevistaron a 2.022 personas, de 142 municipios brasileños.
PRIMER PASO
Más tarde, el Senado brasileño dio el primer paso hacia un posible juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, con la confirmación de los 21 miembros de una comisión que decidirá si se abre un proceso que pudiera poner fin a su mandato.
Los miembros de la comisión, que tiene mayoría opositora, tendrán su primera reunión hoy, cuando comenzará a correr un plazo de diez días, en el que deberán debatir un informe sobre la acusación que pesa contra Rousseff, que se apoya en unas maniobras contables con las que el Gobierno maquilló sus resultados de 2014 y 2015.
Dicho informe será votado por la comisión y, si fuera aprobado, llegará dentro de unos 15 días al pleno del Senado, que por mayoría simple entre sus 81 miembros decidirá si se abre el juicio contra la presidenta, que en ese caso sería inmediatamente separada del cargo durante los 180 días que pudiera durar el proceso.
LÍNEA SUCESORIA
Si Rousseff fuera enjuiciada, durante ese período, su cargo sería ejercicio por el vicepresidente Michel Temer, primero en la línea sucesoria y a quien la mandataria considera como “uno de los jefes” de la “conspiración” que supuestamente busca recortar su mandato.
El vicepresidente ha negado que trabaje por la caída de Rousseff, pero en las últimas semanas ha mantenido constantes consultas con personalidades de la política y la economía, al parecer con miras al eventual Gobierno que pudiera encabezar desde mediados de mayo.
La comisión, que durante las próximas sesiones escuchará a los representantes de la acusación y a la defensa de la mandataria, fue constituida en forma proporcional, en función de los escaños que cada fuerza política tiene en el Senado.
El mayor número de miembros (cinco) recayó en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), primera minoría en la Cámara Alta y liderado por el vicepresidente Temer. (EFE)
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